Philadelphia.— El entre los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Kamala Harris, demócrata, y Donald Trump, republicano, fue intenso y el exmandatario se vio acorralado y fuera de sus casilllas por momentos, cuando fue desmentido sobre temas como el asalto al Capitolio de 2021.

Harris llegó al debate como la candidata con más por ganar... y por perder. Habiendo iniciado su campaña apenas a finales de julio, después de que el presidente Joe Biden se retirara de la contienda, aún es una desconocida para muchos estadounidenses, a pesar de ser la vicepresidenta. También era incierto su manejo en un debate, frente a un Trump que es un viejo lobo de mar.

Hubo un frío saludo al inicio del debate, que Harris comenzó nerviosa. Pero eso pasó y la candidata demócrata emprendió la ofensiva.

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Harris acusó a Trump de ser un candidato divisivo, un candidato que quiere decidir “lo que las mujeres hacen con sus cuerpos”, que incitó a una turba a irrumpir en el Capitolio, incapaz en materia de política doméstica y exterior, de “no tener un plan”. Trump no se salió del guion. Acusó a la administración Biden-Harris de ser “la peor de la historia”, de convertir a EU en un país “fallido” y de permitir la entrada al país de millones de inmigrantes a los que, una y otra vez, acusó de criminales. Aun incurrió en la mentira, ampliamente difundida por los republicanos, de que los migrantes haitianos se comen a las mascotas de los estadounidenses en Springfield, Ohio. Los moderadores, David Muir y Lindsey Davis, fueron los encargados de desmentir a Trump en esta y otras intervenciones.

Harris intervino entonces: “¡Hablando de extremistas!” al aludir a las críticas de Trump en su contra por ser una “extremista radical”.

Harris tomó la batuta, señalando que ni el propio equipo de Trump, de cuando fue presidente, confía en su capacidad para gobernar.

Sobre su plan estrella, la deportación masiva de migrantes, Trump fue incapaz de responder a la pregunta de cómo planea deportar a 11 millones de indocumentados. “¿Va a tocar casa por casa?”, le preguntó Muir. “Son criminales, son traficantes” a los que la administración Biden dejó entrar, y acusó que la criminalidad ha aumentado por ello.

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Muir reviró: “El FBI dijo que la criminalidad ha bajado”, y Trump acusó al FBI de ser un “fraude”.

Harris entonces espetó: “Vaya, oírlo de alguien que es un acusado judicial”, aludiendo a las denuncias que enfrenta Trump en temas que van del asalto al Capitolio a llevarse documentos de información clasificada de la Casa Blanca y a cometer fraude en el caso de la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels.

A pesar de que las reglas marcaban micrófono cerrado para los candidatos mientras no intervinieran, Trump y Harris se interrumpieron varias veces y encendieron sus micrófonos, en un debate intenso.

Un momento clave del debate fue cuando Muir preguntó a Trump si se arrepiente de algo en el tema del asalto al Capitolio, cuando una multitud irrumpió en la Casa Blanca para tratar de impedir la certificación de la victoria de Biden, el 6 de enero de 2021. Trump respondió: “Yo no hice nada”, y culpó de lo ocurrido a la entonces presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi. Harris dijo que ella estaba en el Capitolio ese día, como senadora y que “ese día, el presidente de EU incitó a la multitud para irrumpir en el Capitolio”.

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Harris se enfrentó también a Trump en el tema del aborto. “El gobierno y ciertamente Donald Trump no deberían decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”. Los moderadores también cuestionaron a Trump sobre sus mentiras de que ganó en 2020, a pesar de que los hechos demuestran que el ganador fue Biden”. Trump insistió en que él ganó. Harris reviró que “cuando te paras en un debate presidencial y niegas lo que corte tras corte ha ratificado [el triunfo de Biden], es muy problemático. El pueblo estadounidense merece algo mejor”.

En política exterior, Harris señaló que “los líderes mundiales se reían de Trump”; lo criticó por su política divisiva cuando fue presidente, por enfrentarse con Europa y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y explicó que su postura sobre Israel es que si bien este país tiene derecho a defenderse, tras el ataque de la organización islamista Hamas del 7 de octubre, “importa el cómo”, y abogó por una solución de dos Estados que ponga fin al conflicto.

Trump reiteró sus dichos de que con él en el gobierno no habría guerra ni en Israel ni entre Rusia-Ucrania, pero se negó a decir si de regresar a la Casa Blanca apoyaría al gobierno de Volodimir Zelensky para ganar la guerra que Rusia inició en 2022. “Trump trata de distraer y dividir sobre la debilidad de su administración en política nacional y exterior. Es bien sabido que intercambió cartas de amor con Kim Jong-un [líder de Norcorea] y que los dictadores quieren a Trump porque saben que pueden manipularlo”, dijo Harris.

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Harris dijo que si Trump estuviera en la Casa Blanca, “Putin estaría ahora mismo sentado en Kiev, mirando hacia el resto de Europa”, y que “se comería vivo” al republicano. Harris culpó a Trump de “no tener un plan”, y de querer “dividir” a los estadounidenses exacerbando el tema racial. “Creo que es una tragedia que alguien que quiere ser presidente haya intentado sistemáticamente, a lo largo de su carrera, utilizar la raza para dividir al pueblo estadounidense”.

Swift, con Harris

El debate es clave para ambos candidatos, empatados en las encuestas. La mala noche de Trump tuvo un remate: la artista Taylor Swift emitió su apoyo a Harris. “Votaré por Kamala Harris y Tim Walz en las elecciones presidenciales de 2024. Votaré por @kamalaharris porque lucha por los derechos y las causas que creo que necesitan una guerrera que los defienda”. Firmó el mensaje como “Taylor Swift, señora de los gatos sin hijos”, aludiendo a la crítica del candidato vicepresidencial republicano a las mujeres que no tienen hijos.

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