Una empresa contratada por la campaña presidencial de Donald Trump contactó al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, para “hackear” los correos de la cuenta privada que Hillary Clinton utilizó cuando era secretaria de Estado, pero éste se negó a colaborar, reconoció ayer el propio Assange.
La empresa que contactó a WikiLeaks fue Cambridge Analytica, con oficinas en Nueva York, Washington y Londres y dedicada al análisis de datos, reveló Assange en Twitter después de que medios estadounidenses publicaran la información.
“Puedo confirmar un contacto con Cambridge Analytica [antes de noviembre del año pasado] y puedo confirmar que WikiLeaks lo rechazó”, escribió Assange.
Fue el director de Cambridge Analytica, Alexander Nix, quien hizo público su acercamiento con el fundador del portal en un correo electrónico enviado a varios de los donantes de Trump, entre ellos Rebekah Mercer, pero que no recibió a ningún miembro de la campaña del magnate, según información publicada por la cadena de noticias CNN.
La campaña de Trump contrató los servicios de Cambridge Analytica en la mitad de 2016.
WikiLeaks, por su parte, filtró —con gran revuelo durante la campaña presidencial de 2016— correos de la dirección del Partido Demócrata y también del jefe de campaña de la candidata demócrata, John Podesta.
Después de estas filtraciones, Trump afirmó: “Amo a WikiLeaks” durante un mitin.
La inteligencia estadounidense acusó a piratas informáticos al servicio de Rusia de “hackear” esos correos que luego fueron filtrados por el portal de Assange.
Precisamente esta semana se supo que el Partido Demócrata y la campaña de Clinton financiaron el dossier del ex espía británico Christopher Steele sobre los posibles vínculos del equipo de la campaña de Donald Trump con el Kremlin.
El magnate calificó el miércoles de “vergonzosa” esa información durante una entrevista con Fox.
El pasado lunes, Clinton acusó a WikiLeaks de haber servido a Rusia distrayendo la atención del electorado durante la campaña presidencial, justo cuando Trump enfrentaba un escándalo por una grabación en la que se jactaba de abusar de mujeres. “Ahora WikiLeaks es una subsidiaria tenida casi por completo por la inteligencia rusa”, dijo.