Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo sentirse “terrible” por Brett Kavanaugh, su elegido para ocupar una vacante en el Tribunal Supremo del país, y pidió que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) no se involucre en el escándalo de abusos sexuales que están haciendo tambalear la confirmación del candidato a la Alta Corte.

Para Trump, Kavanaugh “no es un hombre que merezca” el linchamiento y presión que está viviendo en los últimos dos días, desde que Christine Blasey Ford, una profesora de sicología, diera un paso adelante y se reconociera víctima de acercamientos impropios e incluso un intento de violación por parte del ahora juez.

“Me sienta muy mal que esté pasando por eso”, dijo Trump, en rueda de prensa. Las respuestas del mandatario en el caso están siendo más comedidas de lo que es habitual, sin tuits escandalosos ni entrar en el barro. Al contrario: comedido, incluso se mostró partidario de que se alarguen los plazos para que todo el mundo pueda contar su versión de los hechos.

El presidente se mantiene firme con su candidato y está dispuesto a defenderlo a ultranza. En ese sentido, reiteró su apoyo “total”, y expresó que el FBI no debería meterse en el caso e investigar las acusaciones contra su elegido.

“[El Congreso] debería completar el proceso para que no haya ni un poco de duda” sobre la integridad de Kavanaugh, dijo, descartando una investigación del FBI, como solicitan los demócratas. En ese sentido, incluso el Buró se desmarcó de una posible acción, diciendo que su papel es sólo “proporcionar información para el uso de los que toman decisiones”.

En el Senado, la confirmación de Kavanaugh lo está dominando todo. Ante la presión social, los republicanos tuvieron que programar una audiencia para que el juez y la profesora Ford puedan contar su verdad ante los senadores del Comité de Justicia, y tratar de calibrar la adecuación de Kavanaugh para el puesto para el que se le propuso.

Si bien la presencia del juez está confirmada, todavía no se ha recibido respuesta por parte de Ford, por lo que su presencia en la cámara todavía está en duda.

Los republicanos ofrecieron la posibilidad de que declare a puerta cerrada, lo que si bien alteraría el escrutinio sobre el caso, evitaría un escándalo mediático como el vivido en 1991 con Anita Hill y una denuncia similar.

El que seguro no testificará es Mark Judge, supuesto testigo de la agresión sexual, asegurando que no tiene nada que aportar porque “no recuerda el supuesto incidente”.

Los demócratas están pidiendo por activa y por pasiva un aplazamiento de la votación de confirmación para después de las elecciones legislativas, con el argumento de que es necesaria una investigación a fondo. Eso le valió a Trump para reiterar en su crítica contra ellos, a los que calificó de “obstruccionistas”.

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