Washington.— Superado por la evidencia de la crisis, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró finalmente el estado de emergencia en el país, liberando de forma inmediata hasta 50 mil millones de dólares para hacer frente al coronavirus.

De esta forma, el mandatario dijo que la situación, contrariamente a lo que está pregonando una y otra vez, no está nada controlada; al contrario, ha escalado en gravedad e importancia en una Unión Americana alarmada por la ineficiencia del gobierno federal y la falta de recursos para combatir al Covid-19.

El anuncio se hizo en una conferencia de prensa en la que se saltaron todas las normas de higiene y precaución de las autoridades sanitarias: Trump saludó con la mano a varios ejecutivos de grandes empresas, mientras que los periodistas, hacinados y sin la distancia prudencial recomendada, compartieron el mismo micrófono para hacer las preguntas al gobernante.

“Emergencia nacional. Son dos palabras muy fuertes”, dijo el presidente, al asegurar que no se ahorrará ningún esfuerzo para paliar la situación. La medida es un paso más tras el veto de viaje desde Europa que se empezó a aplicar esta madrugada.

No hubo detalles de cómo los fondos se van a canalizar hacia las administraciones inferiores ni si se está coordinando con gobiernos locales y estatales; sólo la noción (no especificada) de que la Agencia Federal de Gestión de Emergencia (FEMA) podrá coordinar su respuesta a la situación y ayudar a quienes lo soliciten.

Entre las pocas acciones concretas están la ampliación de la autoridad para suspender regulaciones y que tanto doctores como hospitales “hagan lo que quieran, lo que tengan que hacer”, con un cuestionario de Google para determinar si deben hacerse el test para saber si hay contagio, así como el acuerdo con grandes almacenes de prestar sus parqueaderos como lugares móviles para hacer las pruebas.

Trump libera 50 mmdd contra el coronavirus
Trump libera 50 mmdd contra el coronavirus

La falta de concreción del presidente se hizo más evidente cuando, sin ninguna certeza, aseguró que en breve el país tendrá medio millón de pruebas disponibles, que se elevarán hasta 5 millones a finales de este mes.

Precisamente la falta de evaluaciones para detectar los casos de coronavirus en la Unión Americana ha sido una de las quejas y críticas más feroces contra la administración, con reportes que incluso ligaban esa dejadez a motivos políticos y electorales. Trump, por si había alguna duda, dijo no sentirse responsable por lo que sus asesores sanitarios declararon un “fracaso”.

Sorprendentemente, y contradiciéndose a lo que decía horas antes, el mandatario aseguró que “muy probablemente” se hará el examen para determinar si es portador del coronavirus, aunque lo dejó para cuando encaje en su agenda.

Sin embargo, lo que no hará es tomar medidas de precaución, porque dijo no tener ningún tipo de síntoma, a pesar de haber estado en contacto con un funcionario brasileño que dio positivo, un encuentro que puso en duda pese a haber fotografías del evento.

En paralelo, los demócratas de la Cámara de Representantes aceleraban para acordar con sus rivales republicanos y la Casa Blanca una propuesta de ley para garantizar la gratuidad de la prueba, dos semanas de baja pagada para los afectados, mejoras en el seguro de desempleo y ampliación de los servicios alimentarios para menores y adultos en situación de riesgo.

“Nuestra nación se ha enfrentado a crisis antes y, gracias al coraje, el optimismo, el patriotismo y la perseveracia de los estadounidenses, hemos prevalecido”, señaló la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi.

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