El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió ayer a criticar a los jugadores de la liga de fútbol americano (NFL) que, según él, faltan al respeto a la bandera y al himno nacional en señal de protesta, y abogó por su despido o suspensión. Sin embargo, los deportistas —quienes se hincan como medida de protesta contra la desigualdad racial— desafiaron al mandatario y mantuvieron su postura.
“Si los aficionados de la NFL se negaran a ir a los partidos hasta que los jugadores dejaran de faltar al respeto a nuestra bandera y país, verían un cambio rápido. ¡Despídanlos o suspéndanlos¡”, esciribió Trump en su cuenta de Twitter.
“La asistencia [a los partidos de la] NFL y los índices de audiencia están por los suelos. Partido aburridos sí, pero muchos no van porque aman nuestro país. La liga debería apoyar a EU”, agregó ayer el presidente.
Desde la temporada pasada varios jugadores de la NFL han optado por hincarse, sentarse o levantar los puños durante el himno en protesta por el trato que la policía le da a la gente de raza negra, que consideran discriminatorio. Trump comenzó la polémica el viernes, que continuó el sábado, al criticar en un mitin en Alabama a jugadores de la liga de fútbol americano NFL que han hecho protestas durante la interpretación del himno nacional.
El presidente instó a los dueños de esos equipos a despedir a los jugadores críticos y añadió que, si los aficionados “abandonaran el estadio” cuando tienen lugar protestas de ese tipo, esas “cosas pararían”.
Trump fue aún más lejos en su lenguaje al subrayar que los propietarios de entidades de la NFL deberían decirle a los deportistas rebeldes: “Saquen a ese hijo de puta del campo ahora mismo”.
En respuesta, ayer se multiplicó el número de jugadores de la NLF que escucharon el himno estadounidense con una rodilla en tierra o entrelazando los brazos con sus compañeros, entrenadores y dueños de los equipos, en señal de unidad.
Hubo incluso jugadores que ni siquiera escucharon el himno sobre el terreno de juego y se quedaron en los vestidores. Esta vez también se les unieron en la protesta algunos entrenadores en jefes y varios dueños de los equipos de la NFL, involucrados por las recientes críticas de “falta de patriotismo” y “autoridad” con las “ofensas” a la bandera y el himno que han recibido de Trump.
El presidente resaltó después de esos gestos la “gran solidaridad por nuestro himno nacional y nuestro país” y añadió: “Estar de pie con los brazos entrelazados está bien, arrodillarse no es aceptable”.
Trump indicó que estaba contento de ver a tantos jugadores de la NFL unidos con sus brazos mientras también desacreditaba a los que se arrodillaban. Pero los jugadores que se hincaron declararon que muchos lo hicieron en respuesta a la manera irrespetuosa como los trató el presidente de la nación, ante lo que consideran que es un derecho de expresión el que les acoge.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, defendió a Trump al afirmar que los dueños de equipos de la NFL deben estipular como obligatorio que los jugadores se pongan de pie para el himno. “Ellos pueden ejercer su libertad de expresión en su tiempo libre”, dijo en entrevista al programa This Week de ABC.
Las duras críticas del presidente provocaron este sábado la reacción del comisionado de la NFL, Roger Goodell, quien aseveró que los comentarios del mandatario son “divisorios” y suponen una “desafortunada falta de respeto”.
Robert Kraft, dueño de los Patriots de Nueva Inglaterra y quien ha sido firme simpatizante de Trump, dijo: “Estoy profundamente decepcionado por el tono de los comentarios del presidente el viernes”.