Washington.— El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó ayer la muerte de Hamza bin Laden, el hijo de Osama bin Laden considerado como su heredero al frente de la organización yihadista Al-Qaeda, de cuyo fallecimiento habían informado medios de ese país a finales de julio. Esto podría abrir camino a una generación de yihadistas más jóvenes y radicales, afirmaron expertos.

“Hamza bin Laden, alto responsable de Al-Qaeda e hijo de Osama bin Laden, fue abatido en una operación de contraterrorismo llevada a cabo por Estados Unidos en la región de Afganistán/Paquistán”, indicó Trump en un comunicado.

“La pérdida de Hamza bin Laden no sólo priva a Al-Qaeda de su autoridad y de su conexión simbólica con su padre, sino que debilita también importantes actividades operativas del grupo”, añadió. “Hamza bin Laden planeó y trabajó con diversos grupos terroristas”, dijo.

No obstante, Colin Clarke, experto de Rand Corporation, grupo de reflexión que trabaja para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y del Soufan Center, comentó: “Soy escéptico respecto a que él [Hamza] haya tenido un papel operativo de importancia [en Al-Qaeda]”.

Según Clarke, la organización permanece en actividad. “Estados Unidos buscó atribuirse una victoria” con este triunfo, pero la muerte de Hamza podría abrir camino a una generación más radical, dijo.

A finales de agosto, el secretario de Defensa, Mark Esper, fue la primera autoridad estadounidense en expresarse públicamente sobre la muerte de Hamza bin Laden.

Cuando le preguntaron en una entrevista si había fallecido el líder yihadista, respondió: “Eso tengo entendido”, pero se negó a explayarse sobre el tema: “No tengo detalles y, si los tuviera, no estoy seguro de que pudiera compartirlos con ustedes”.

Según informaciones publicadas a fines de julio por The New York Times, la muerte de Hamza Ben Laden se produjo durante los dos últimos años. Considerado como el sucesor designado por Osama bin Laden, el fundador de la organización que perpetró los atentados del 11 de septiembre de 2001, el treintañero Hamza estaba en la lista negra estadounidense de personas acusadas de “terrorismo”.

El Departamento de Estado dijo en febrero que Hamza estaba casado con una hija de Abdullah Ahmed Abdullah, dirigente de Al-Qaeda acusado de participar en ataques a embajadas estadounidenses en África oriental en 1998. La pareja tenía dos hijos, Osama y Khairiah, según el comunicado.

Era el decimoquinto hijo de los 20 que tuvo el líder yihadista, producto de su unión con su tercera esposa. Hamza comenzó a acompañar a su padre antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando aún no tenía 15 años.

Su padre le había enseñado a manejar armas y en algunos videos subidos a internet aparece, con su voz aflautada, atacando a Estados Unidos o incluso a los judíos.

Varios documentos, entre ellos cartas reveladas por la AFP en mayo de 2015, muestran que Osama bin Laden lo destinaba a sucederle al frente de la guerra santa mundial antioccidental. Washington había ofrecido en febrero una recompensa de hasta un millón de dólares por cualquier información sobre su paradero, considerando que tras la muerte de su padre, en 2011, Hamza había efectivamente asumido el liderazgo de Al-Qaeda.

El comité de sanciones de la ONU contra el grupo Estado Islámico (EI) y Al-Qaeda sumó el nombre de “Hamza Osama Muhammad Bin Laden”, nacido el 9 de mayo de 1989 en Yeda (Arabia Saudita), a la lista de personas sometidas a un congelamiento de sus bienes y a una prohibición de viajar. Y Riad le retiró en marzo la nacionalidad saudita.

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