Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer que “arrasará” con sus contrincantes en las campañas presidenciales de 2020 con un mayor margen que el de 2016 y criticó al fiscal especial Robert Mueller, antes de su informe sobre la supuesta colusión de Rusia en la campaña del mandatario en 2016, y dijo que sus oponentes políticos querían destituirlo con “disparates”.
En un amplio discurso durante la Conferencia de Acción Política Conservadora, también aprovechó la ocasión para afirmar que estaba a punto de lograr la financiación del tramo de muro que quiere construir en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal.
Las negociaciones comerciales con China y el tratado con Canadá y México, bautizado como T-MEC, así como la bonanza de la economía nacional y las críticas a la Reserva Federal (Fed) fueron temas que abordó en su alocución dedicada a la marcha económica de Estados Unidos.
“Estamos renegociando pactos comerciales horribles. Estamos tomando medidas enérgicas contra los países que nos engañan y [estamos] junto al trabajador estadounidense por primera vez en muchas décadas. Nuestros empleados han sido tratados de forma horrible”, dijo y aseguró que los días en los que las compañías clausuraban plantas en lugares como Michigan o Pennsylvania para irse a México “ya no existen”.
“No hay conspiración”. Sobre la injerencia rusa en su campaña en 2016, afirmó: “No hay ninguna conspiración, así que ahora ellos van y cambian a: ‘Vamos a inspeccionar todo trato que ha hecho, sus finanzas y comprobar sus tratos’, esta gente está enferma”.
Además, alertó contra las tendencias “socialistas” de sus rivales demócratas. Afirmó que su país “nunca será socialista”, una doctrina que, dijo, la oposición está adoptando.
“El socialismo no es sobre el medio ambiente, no es sobre la justicia, no es sobre la virtud, es sobre el poder de la clase gobernante. Miren lo que pasa en Venezuela y en otros sitios”, afirmó el mandatario.
“El futuro no pertenece a quienes creen en el socialismo. Creemos en el sueño americano, no en la pesadilla socialista”, prosiguió.
También rechazó el Green New Deal, un plan presentado por los demócratas para que el país neutralice sus emisiones de gases con efecto invernadero en un plazo de 10 años.
El magnate se burló de una iniciativa sobre el cambio climático, lanzada por la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que comparó con el trabajo hecho por una estudiante.
Respecto a los proyectos a favor de una cobertura sanitaria universal promovidos por varios candidatos demócratas, Trump dijo que provocarían “inmensas subidas de impuestos”.
Sobre la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, acerca del programa nuclear de Pyongyang, sólo insistió en que tuvo que marcharse de la cumbre de esta semana en Hanói porque el acuerdo que había sobre la mesa era “inaceptable”.
“Me tuve que marchar porque a veces tienes que irte. El acuerdo era inaceptable para mí. No me gustan estos pactos que hacen los políticos. Hicieron un acuerdo por hacerlo, pero yo quiero uno que funcione”. Precisó que por lo menos Pyongyang no está llevando a cabo pruebas de su armamento nuclear. “Corea del Norte tiene un futuro económico increíble y brillante si hacen un acuerdo, pero no tendrán ningún futuro económico si tienen armas nucleares”.
El magnate también se centró en el califato proclamado por el Estado Islámico (EI), el cual, aseguró, “hoy o mañana” desaparecerá.
El magnate defendió su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria, anunciada en diciembre pasado. “Íbamos a Siria por cuatro meses y acabamos con cinco años”, lamentó el republicano.