Washington.— El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó ayer con abandonar las conferencias de prensa si los reporteros no se comportan con “decoro”, después de que un juez obligara a la Casa Blanca a restituirle su acreditación a un periodista de CNN.
“Si no hacen caso a las reglas y regulaciones, vamos a regresar de vuelta a la Corte y vamos a ganar, pero de manera más importante, simplemente nos vamos a retirar, y ustedes van a terminar no muy felices”, dijo el mandatario a reporteros en la Oficina Oval.
“La gente tiene que comportarse y estamos redactando reglas y normas para dejar clara nuestra postura”, insistió. También dijo que habló con los miembros de su gobierno, de modo que si “no los tratan adecuadamente” en una conferencia de prensa, “tienen el derecho de irse en el momento que quieran”. Tal fue la respuesta del mandatario a la decisión del juez federal de distrito Timothy Kelly, quien por la mañana ordenó a la Casa Blanca devolver su credencial de prensa al periodista de CNN Jim Acosta, dándole un enorme triunfo —si bien provisional— en su enfrentamiento contra Trump, después de que su pase de prensa fuera revocado tras un duro intercambio verbal con el mandatario y ser acusado —falsamente— de forcejear con una asistente presidencial que quiso quitarle un micrófono en una conferencia de prensa.
Los rifirrafes entre Acosta y los funcionarios de la Casa Blanca son constantes, convertido en una de las piñatas favoritas de la administración Trump. El presidente, en la rueda de prensa previa a la retirada de la credencial, insultó al periodista diciendo que era una persona “grosera y terrible” que “no debería estar trabajando para CNN”.
Tras la decisión del juez Kelly, nominado al cargo precisamente por Trump, Acosta salió exultante de la corte federal de la ciudad de Washing- ton. “Quiero agradecer a todos los colegas de la prensa que nos apoyaron esta semana y al juez por la decisión que tomó”, dijo, y agregó: “Volvamos al trabajo”. Tras pisar de nuevo los dominios de la Casa Blanca, donde no podía entrar desde el pasado 7 de noviembre, el periodista de CNN dijo que sintió que su pugna “se sintió como un examen” a todos los medios de comunicación.
En la guerra sin cuartel entre Trump y la prensa, a la que considera “enemigos del pueblo” y “noticias falsas”, la decisión judicial es el primer gran revés que recibe el presidente en este ámbito. El juez no esgrimió razones de libertad de prensa o expresión —defendidas en la Primera Enmienda de la Constitución de EU—, sino la falta de debido proceso —Quinta Enmienda—, que según el juez no se respetó y, por tanto, urgió a la Casa Blanca a crear una normativa que pueda justificar la revocación de credenciales. Ese factor dio cierta vida a la Casa Blanca, que anunció que creará una serie de “reglas” que los periodistas deberán seguir si no quieren que se les expulse de la residencia presidencial.
Se van a “desarrollar reglas y procedimientos para asegurar conferencias de prensa justas y ordenadas en el futuro”, dijo la portavoz presidencial Sarah Sanders, versión que luego confirmó Trump.
El proceso judicial está lejos de acabarse: la decisión es sólo una medida provisional para tratar de aliviar el daño causado hasta el momento; la pelea, tras la demanda que entabló CNN contra el gobierno, se prevé larga. El próximo martes el juez quiere volver a escuchar a las partes implicadas.
Sin embargo, el gremio periodístico celebró su primera victoria ante una administración especialmente cruda contra los medios de comunicación. “Es una victoria para la Primera Enmienda y la prensa libre e independiente”, tuiteó el editor de The Wa-shington Post, Marty Baron. Este medio, junto con otra docena, que incluye a The New York Times e incluso a la cadena televisiva Fox News, la favorita de Trump, habían expresado su respaldo a CNN ante el tribunal.