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Washington.— En una escalada de sus ataques dirigidos a los gigantes de las redes sociales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió ayer de la posibilidad de imponer nuevas regulaciones a esas empresas para poner fin a la “colusión” entre ellas y sus oponentes demócratas.
“Los principales grupos tecnológicos no deben censurar las voces de los estadounidenses”, dijo Trump durante un encuentro sobre redes sociales que se realizó sin los principales actores del sector, como Twitter, Facebook y Google, pero en presencia de personalidades y organizaciones ultraconservadoras ante las cuales denunció lo que llamó un “sesgo terrible” de los gigantes de Silicon Valley contra las ideas conservadoras.
“No tengo ninguna duda de que debería tener millones y millones de seguidores, pero nos bloquean”, denunció Trump durante la cumbre celebrada en la Casa Blanca.
El mandatario, que tiene casi 62 millones de seguidores en Twitter, se quejó de que ese número fluctúa, algo que probablemente se deba a que la red social realiza en ocasiones purgas para eliminar cuentas falsas o bots. “La gente viene y me dice: ‘Señor, no puedo seguirlo’” en las redes sociales, señaló. “Hacen que sea absolutamente imposible. No vamos a permitirlo”, afirmó.
“Antes me costaba pocos días reunir 100 mil seguidores, pero ahora me cuesta 10 veces más”, lamentó el presidente, quien describió a Twi- tter como una “máquina de escribir” en la que pone a prueba los mensajes que luego planea distribuir por otros medios. “Si incluyo [un anuncio] en un comunicado, no va a ningún lado, si lo pongo en una red social, es como una explosión”, aseguró.
Además, declaró: “Soy bueno en ortografía, pero los dedos no son tan buenos como el cerebro”. El mandatario agradeció a los asistentes a la cumbre, la gran mayoría activistas conservadores que lo defienden en las redes.
Aseguró que no pretende “limitar la libertad de expresión”, pero no considera que lo que escribe la prensa que le cubre merezca ese tipo de protección. También aprovechó para referirse a las primarias demócratas y para acusar a algunos de los aspirantes de ese partido de rozar el comunismo.