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Guayaquil.— Más de 900 policías y militares ecuatorianos forman parte del operativo de registro y control que hubo ayer en el interior del centro penitenciario del Litoral de Guayaquil, donde el martes murieron al menos 118 reos y unos 86 resultaron heridos en un enfrentamiento entre bandas.
Aunque el gobierno del presidente Guillermo Lasso reportó un saldo de 116 reclusos muertos y cerca de 80 heridos, la Defensoría del Pueblo actualizó a 118 los decesos y 86 los lesionados, seis de ellos de gravedad.
La comandante general de la policía, Tannya Varela reportó, antes de la intervención de los agentes, quienes se suman a un contingente militar desplegado con varias tanquetas, que “nuestra presencia aquí obedece al respaldo legal, que es lo más importante, ante estas circunstancias y estas situaciones por las que estamos atravesando.
A los agentes concentrados en una superficie aledaña a la prisión, les dijo: “Confiamos en la prudencia con la que ustedes actúan y que, a pesar de todo, por parte de nuestra institución no exista una violación a los derechos humanos de esta gente”.
En esta segunda operación de la policía actuaron las unidades tácticas Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Grupo de Operaciones Especiales (GOE), Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (GEMA) y Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), además de Criminalística, con el objetivo de desarmar a la población carcelaria mientras un helicóptero sobrevolaba toda el área.
También hubo agentes de los ejes preventivo, investigativo e inteligencia, confirmó la policía. “Son constantes las operaciones en las últimas horas de parte de los militares y la policía. En la madrugada ingresaron a varios pabellones y, al mediodía, a otros”, confirmó el portavoz de la Gobernación de Guayas, Je-fferson Merchán.
Las intervenciones tuvieron el objetivo de registrar todo el centro, para incautar armas a los reos que el martes protagonizaron el enfrentamiento, tercero de este año que tiene decenas de víctimas, pues los ajustes de cuentas son semanales. La actuación de fuerzas policiales y militares se produjo al amparo del decreto de excepción decretado por Lasso.
El incidente del martes ha vuelto a poner de manifiesto la severa crisis que aqueja al sistema penitenciario ecuatoriano.
Sólo en lo que va de 2021 han muerto en este tipo de sucesos más 230 presos, con epicentro en esa prisión de Guayaquil, ciudad en la que también se concentra la actividad delictiva del país, por su carácter portuario y donde han sido asesinadas en las calles más de 430 personas hasta agosto. El estado de excepción estará vigente durante “60 días a nivel nacional, sin excepción alguna”, indica el decreto.
A la par de la militarización en torno a la cárcel, el gobierno de Guayas ha establecido un centro de apoyo y “acompañamiento social y sicológico” a los familiares de los internos en el Parque Samanes. Por el momento no se está ofreciendo información a las familias, más bien se recogen datos de ellos para luego poder identificar a las víctimas.
Los cadáveres de los reos, muchos de ellos despedazados, de acuerdo con imágenes que han circulado por las redes sociales, con varios decapitados, se encuentran en las morgues.