Walmart está retirando de sus locales en todo el país los carteles, muestras o videos con representaciones de violencia luego de la masacre de 22 personas en su tienda en El Paso, Texas. Sin embargo, la empresa no ha modificado sus disposiciones con respecto a los videojuegos que muestran violencia ni la venta de armas de fuego.

La empresa minorista ordenó en un memorando interno a todos sus empleados que retiren todo material publicitario, apaguen consolas de videojuegos que muestran juegos violentos _en particular Xbox y PlayStation_ y que se aseguren de que no aparezcan escenas de violencia en las pantallas de los departamentos de electrónica.

Los empleados también deberán apagar los videos de caza en las secciones de artículos deportivos.

Bajo el título de “medidas inmediatas ”, el memo de Walmart ordenó “revisar todo el local en busca de carteles o muestras con imágenes violentas o conducta agresiva. Retiren del local de ventas o apaguen estos artículos inmediatamente”.

“Tomamos esta medida por respecto a los incidentes de la semana pasada”, dijo la vocera Tara House en un email a The Associated Press el viernes.

No obstante, no existe que se sepa un vínculo entre los videojuegos violentos y los actos violentos.

Patrick Markey, profesor de psicología y especialista en videojuegos de la Universidad Villanova, halló en sus investigaciones que los hombres que cometen actos graves de violencia juegan menos videojuegos violentos que el común de los hombres.

Alrededor del 20% demostraban interés en videojuegos violentos, comparado con el 70% de la población general”, escribió en su libro “Moral Combat: Why the War on Violent Video Games Is Wrong” (Combate moral: por qué la guerra contra los videojuegos violentos está equivocada), publicado en 2017.

Las autoridades creen que Patrick Crusius, de 21 años, escribió un largo texto racista contra la inmigración masiva antes de abrir fuego el sábado pasado en una tienda Walmart de El Paso. Crusius vivía en Dallas, y la policía de El Paso dijo que él condujo durante más de 10 horas hasta la ciudad de mayoría hispana en Texas para perpetrar el tiroteo que dejó 22 muertos y una veintena de heridos. Está acusado de homicidio agravado.

El abogado Chris Ayres, que representa a la familia de Crusius en Dallas, dijo a The Associated Press en un correo electrónico que nunca le escucharon expresar las posiciones racistas y antiinmigrantes que se le atribuyen en redes sociales.

La matanza en Texas, seguida horas después por otra en Dayton, Ohio, que dejó nueve víctimas fatales, han dejado al país al borde de una crisis de nervios.

El jueves, cinco días después de la matanza de El Paso, cundió el pánico en un Walmart en Springfield, Missouri, cuando un hombre con fusil y vestimenta blindada caminó por la tienda hasta que lo detuvo un bombero fuera de servicio.

No hubo disparos, el hombre se entregó y quedó detenido.

El martes, una motocicleta petardeó en pleno centro de Nueva York, provocó una estampida en la zona de Times Square. Escenas captadas en video mostraron multitudes corriendo por la concurrida zona turística y teatral, así como a personas buscando refugio detrás de vehículos o puertas.

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