Washington.- La muerte de la directora de fotografía Halyna Hutchins , tras recibir un disparo de un arma de utilería presentada como inofensiva al actor Alec Baldwin durante la grabación de un wéstern, volvió a encender la polémica sobre el uso de armas de fuego en los platós de cine.
En el "boletín de seguridad" difundido por la industria del cine y la televisión figuran reglas estrictas y muy detalladas.
Las más importantes, en mayúsculas en el encabezado del documento, estipulan: "Los cartuchos de fogueo pueden matar. Tratar todas las armas de fuego como si estuvieran cargadas. Ninguna 'munición real' debe ser jamás usada o llevada a un estudio o un plató".
Son sin embargo solo "recomendaciones" no obligatorias.
Ninguna ley federal se aplica específicamente al uso de armas de fuego en platós . La mayoría de estados estadounidenses aplican las reglas de seguridad en el trabajo o de armas de fuego en general.
"No hay escuelas de armeros en el cine. Generalmente uno se vuelve aprendiz en una sociedad de locación de armas y es enviado a los rodajes, se aprende en el terreno", explica a la AFP Guillaume Delouche, armero para Hollywood desde hace unos 30 años.
Según él, California es el único estado que exige que "todas las personas encargadas de armas" en un rodaje, armeros o utileros, sigan una formación específica de cuatro horas sobre las reglas de seguridad que se deben seguir en un set de rodaje.
Se usan dos tipos de armas distintas: armas inertes, en plástico o en látex, y armas capaces de producir una detonación. Los cineastas las prefieren por la llama visible que sale del cañón, aunque ésta podría ser agregada en posproducción con efectos especiales.
"Cuando hablamos de 'accesorios' en un rodaje, nos referimos a una réplica en látex que no dispara. No es una pistola de fogueo", precisa en Twitter SL Huang, doble de riesgo y armera en el cine. "Los armas de fogueo son armas reales", capaces de tirar balas reales, insiste.
Los cañones de las armas automáticas y semiautomáticas se tapan, pero las armas manuales, como revólveres y carabinas tipo Winchester empleadas en los wésterns, son usadas sin modificar, precisa Delouche.
"Lo que se llama munición real es una verdadera bala, un cartucho en el que se coloca un proyectil que acabará su recorrido en un objetivo tras haber pasado por el cañón", recuerda Delouche.
En el cine, las municiones reales son usadas en muy raras ocasiones, "y únicamente en campos de tiro o lugares apropiados", absolutamente nunca en un plató, dice.
Un cartucho de fogueo no contiene proyectil, solo una carga de pólvora y un cebador que la activa para producir una detonación.
Hay finalmente una tercera categoría de municiones, las balas de prueba.
"Desde 1993 las fabricamos nosotros mismos, no son verdaderas balas neutralizadas, sino balas fabricadas para ser inertes: jamás hubo cebador o pólvora", lo que evita accidentes, explica Delouche.
Estas balas son usadas para dar la ilusión de balas reales, por ejemplo para un primer plano de la carga de un arma.
El arma entregada a Baldwin le fue presentada como un "arma fría". En el lenguaje del cine, designa un arma totalmente vacía, sin siquiera un cartucho de prueba en el interior. Puede ser manipulada libremente y accionada sin peligro.
"Cuando uso un arma fría, soy MUY CLARA con los actores y el equipo al respecto. La abro y muestro que el arma es fría", afirma SL Huang.
Cuando el rodaje pasa a las "armas calientes", cargadas con cartuchos de fogueo, se anuncia repetidamente en voz alta y por radio, para que todo el mundo esté enterado.
"No se carga el número exacto de cartuchos de fogueo necesarios para la escena. Solo usamos las 'armas calientes' por el tiempo necesario para la grabación de los disparos", escenas generalmente "muy, muy cortas", añade SL Huang.
"En cuanto termina la escena, entramos y verificamos las armas. Nadie se mueve antes de que acabemos", insiste.
Desde 1993 y la muerte del actor Brandon Lee, "no ha habido ningún incidente con armas de fuego en un set", pero más de 40 fueron censados en otros dominios (construcción, acrobacias etc...), anota Delouche.
SL Huang insiste en la multiplicación de verificaciones para evitar que una deficiencia aislada concluya en un drama. "Si alguien comete un error, hay otros múltiples" factores "que garantizan la seguridad", argumenta.
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