Roma.- El papa Francisco acudió hoy a la basílica romana de Santa María La Mayor para orar ante un icono de la Virgen y el Niño, protector para los romanos y le entregó la "Rosa de Oro", un reconocimiento que los pontífices asignan desde hace siglos.
Esta es la primera salida conocida del Vaticano del papa tras una bronquitis diagnosticada el pasado 25 de noviembre y que le ha obligado a cambiar su agenda e incluso a suspender el viaje que tenía previsto el 1 de diciembre a la cumbre climática de Dubái.
Francisco, que el próximo 17 de diciembre cumplirá 87 años, acudió este viernes a la basílica romana para rezar ante el icono de la "Salus Populi Romani", una imagen bizantina a la que es devoto y a la que se encomienda en cada uno de sus viajes apostólicos.
El Pontífice entró en la basílica empujado en una silla de ruedas debido a sus conocidos problemas de rodilla y fue llevado ante el icono, donde dejó una cesta de flores, quedándose unos instantes en silencio orando.
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Bajo el retrato de la Virgen y el Niño se podía ver la "Rosa de Oro" que Francisco le ha dedicado.
Se trata de una distinción entregada por los papas a lo largo de los siglos a reyes, emperadores, advocaciones marianas u otros iconos religiosos y a personas de relieve.
El papa argentino ha decidido dedicársela a este icono como ya hicieran en el pasado otros dos Pontífices: en 1551 Julio III y en 1613 Pablo V, aunque esas Rosas han desaparecido de la basílica (se cree que se perdieron durante la invasión napoleónica).
Francisco, que hoy volvió a aparecer en la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus, tras hacerlo estos días en la Casa Santa Marta por su salud, acudirá esta misma tarde a la céntrica Plaza de España en Roma para rezar ante la imagen de la Inmaculada Concepción.
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