San José.— Víctimas del cambio climático, los flujos migratorios, la violencia, el coronavirus, la pobreza y el declive económico mundial, unos 16 millones 500 mil niñas y niños de América Latina y el Caribe necesitarán ayuda humanitaria en 2023, en una crisis que amenaza la paz y la estabilidad regional, advirtió ayer el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).

Unos 32 mil infantes transitaron por la selva del Tapón del Darién, en el occidente de Colombia y el oriente de Panamá, de enero a octubre de 2022 y superaron en 10% la cifra total registrada para 2021, precisa el reporte. “Es una región expuesta a catástrofes naturales, como terremotos, huracanes, inundaciones y sequías. Casi un millón 500 mil niñas, niños y adolescentes se vieron afectados por estas emergencias en América Latina y el Caribe en 2022”, agrega el estudio, del cual L posee copia.

“No podemos ignorar este empeoramiento de la crisis humanitaria en materia de derechos de la infancia que ahora afecta a los países de América Latina y el Caribe, ya sea en el país de origen, de tránsito o de destino”, afirmó el mauritano Youssouf Abdel-Jelil, director regional interino del UNICEF.

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“Si no se proporciona una asistencia humanitaria suficiente y urgente a las familias migrantes y a las comunidades de acogida, no sólo se está poniendo en peligro la seguridad y el bienestar de millones de niños, niñas y adolescentes, sino que además peligra la estabilidad y la paz en toda la región”, advirtió.

En una declaración enviada a este diario, Abdel-Jelil explicó que “acompañados o no de sus padres, cada vez más niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe emprenden un viaje por todo el continente en busca de una vida mejor y más segura”.

Describió que “empujadas hacia el norte [de América] debido a la pobreza, la violencia y el cambio climático, las familias migrantes abandonan sus hogares para cruzar varias fronteras a pie, a veces desde Chile hasta Estados Unidos. A lo largo del peligroso viaje, los niños, niñas y adolescentes están especialmente expuestos a sufrir de desnutrición, enfermedades infecciosas, abusos, explotación y separación familiar”.

Los infantes en tránsito afrontan “numerosos retos en el camino y en el destino”, ya que “a menudo” carecen de opciones “para desplazarse por vías seguras y regulares, ya sea solos o con sus familias”, relata el informe.

Ante las amenazas de tragedia humanitaria, UNICEF, que forma parte del sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU), calculó que necesitará 723 millones de dólares en 2023 para respaldar “la preparación y la respuesta” a las crisis emergentes en América Latina y el Caribe y reforzar los aparatos locales y nacionales que permitirán enfrentar este escenario social.

Los recursos ayudarán a suministrar servicios esenciales a lo largo de su viaje migratorio a niños, niñas, adolescentes y a sus familias y servirán para “intervenciones integradas” que les faciliten su acceso a educación, salud y labores de protección en las comunidades que los acogen, de acuerdo con el plan de trabajo.

Los registros del gobierno de Estados Unidos exhibieron la gravedad del fenómeno migratorio y su impacto en la niñez en un escenario agravado por el incesante flujo de latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos del sur al norte de América.

Según las estadísticas estadounidenses, el número de menores sin compañía de adultos que fueron retenidos en la frontera entre México y EU aumentó de 33 mil 239 en el año fiscal de octubre de 2019 a septiembre de 2020, a 146 mil 925 en el de octubre de 2020 a septiembre de 2021. El total subió a 152 mil 57 de octubre de 2021 a septiembre de 2022 y llegó a 12 mil 34 de octubre al 3 de noviembre de este año. El de menores acompañados retenidos en el límite de EU y México fue de 687 en el año fiscal 2019-2020; de 2 mil 108 en el de 2020-2021 y de 2 mil 963 en el de 2021-2022, con 248 en el actual.

EU retuvo a 2 millones 766 mil 582 personas en la etapa 2021-2022, lo que significó un récord al crecer de 646 mil 822 en el de 2019-2020 y de un millón 956 mil 519 en el de 2020-2021.

El Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), que es la división sobre asuntos poblacionales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y también ligada a la ONU, reveló en noviembre pasado que la pandemia del Covid-19 tuvo un severo impacto demográfico en la zona.

El impacto del Covid-19

“Se destaca la pérdida de 2.9 años de esperanza de vida al nacer entre 2019 y 2021, al pasar de 75.1 años en 2019 a 72.2 años en 2021”, precisó.

El hallazgo convirtió a América Latina y el Caribe en el área del mundo “que perdió más años de esperanza de vida” por efectos del coronavirus y, aunque el crecimiento poblacional de la región empezó a desacelerarse en 1991, “en 2020 y 2021 se observaron fuertes reducciones en el crecimiento a raíz de la pandemia”.

Para el periodo de 2015 a 2025 se estima una tasa de crecimiento anual poblacional de 8 por mil, mientras que la tasa de crecimiento de 2020 a 2021 fue de sólo 5.9 por mil, informó.

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