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Toman los Bolsonaro bandera contra la izquierda

Tras el triunfo de Gustavo Petro en Colombia, el régimen busca frenar la victoria de Lula, mientras expertos explican que no todos los gobiernos de la región son iguales

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (derecha), con el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckim, en un evento de cara a las elecciones de octubre en Brasil. Foto: NELSON ALMEIDA. AFP
21/06/2022 |23:59
Redacción
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San José. – Con dibujos de la hoz y el martillo, símbolos del comunismo mundial, un mapa de América del Sur tuiteado por el diputado federal brasileño , tercer hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó una alerta política por el triunfo del izquierdista Gustavo Petro en los comicios presidenciales del domingo anterior en Colombia. 

El diputado colocó la hoz y el martillo sobre Colombia, Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile y Perú y escribió ese día: “La responsabilidad del votante brasileño no hace más que aumentar. Ya no es ‘tan solo’ para Brasil, lo es en toda la región”. 

El presidente brasileño atacó ayer a Petro por su pasado de “guerrillero de izquierda” del izquierdista e insurgente Movimiento 19 de Abril (M-19), que en 1990 pactó la paz con el gobierno y se disolvió. 

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 “Frente al avance de la extrema izquierda en América Latina, con sucesivas victorias de candidatos del Foro de Sao Paulo, nuestra responsabilidad como brasileños se hace aún mayor”, tuiteó el domingo anterior el brasileño Filipe Martins, asesor especial en asuntos internacionales del presidente Bolsonaro. Martins citó al Foro que, fundado en 1990, aglutina a los partidos de la izquierda americana. 

Una victoria del izquierdista brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de Brasil de octubre próximo teñiría de izquierda al mapa hemisférico. 
Petro se convirtió el pasado domingo en presidente electo al vencer en segunda ronda al centroderechista Rodolfo Hernández y será el primer mandatario izquierdista de Colombia. EU felicitó el lunes a Petro y reafirmó los valores democráticos del nexo bilateral. 

Los izquierdistas que llegaron al poder por los votos son Andrés Manuel López Obrador en México, en 2018; Alberto Fernández en Argentina, en 2019; Luis Arce en Bolivia, en 2020; Pedro Castillo en Perú,en 2021 y Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile en 2022. A Miguel Díaz-Canel en Cuba, Nicolás Maduro en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua se les cuestiona su legitimidad por la falta de elecciones libres. 

“Sin duda” la victoria de Petro “altera la correlación de fuerzas políticas en la región”, aseveró el brasileño Eumano Silva, periodista, escritor e investigador del régimen militar derechista que gobernó en Brasil de 1964 a 1985.  

Al puntualizar que “la expectativa está puesta” en Brasil, Silva dijo a EL UNIVERSAL que, según las encuestas, Lula ganará y quizás el 2 de octubre en primera vuelta. 
“Si se confirma la tendencia, la correlación de fuerzas se moverá más a la izquierda en América Latina, lo que aumentará aún más el poder de los países de la zona en las mesas de negociación” con EU, anticipó. 

Para el abogado y politólogo costarricense Constantino Urcuyo, director académico del (no estatal) Centro de Investigación y Adiestramiento Político Administrativo, de Costa Rica, “el problema de EU en América Latina no es distinguir quienes son demócratas y quienes son autócratas. Venezuela, Nicaragua y Cuba son claramente autócratas”.  

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“La hegemonía global de EU se está debilitando. Pero ya no es la lucha cósmica contra el comunismo. No hay una izquierda latinoamericana homogénea. Hay varias izquierdas. No es lo mismo Boric y Petro que Díaz—Canel y Maduro. No son lo mismo Boric y Petro que López Obrador y Fernández”, aclaró Urcuyo a este medio. 

“Hay una izquierda en América Latina que no propicia la dictadura del proletariado y del partido único ni abolir la propiedad privada. Lula tuvo diferencias de política exterior con EU, pero nunca significó un cambio de régimen interno brasileño ni una amenaza a EU en su zona de influencia”, alegó. 

“La geopolítica está marcada no por la lucha ideológica sino por una rivalidad por zonas de influencia entre las potencias y eso reafirma el papel de EU en la región”, describió, al mencionar que el principal rival de Washington en el área es China. 

Brasil será la próxima escala electoral de América Latina y el Caribe y Bolsonaro busca reelegirse a un segundo cuatrienio consecutivo. Sin descartar sorpresas, la lucha sería entre Bolsonaro y Lula, presidente de 2003 a 2010. La ronda final sería el 29 de octubre. 

Colombia, a partir del próximo 7 de agosto, y México, Cuba, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Chile, Argentina, Perú y Bolivia configurarán un bloque de izquierda —de la radical como la cubana o la venezolana a la moderada como la chilena— sin precedentes en América. 

“Esta nueva izquierda llega por la vía electoral: no hay guerrilla. La lucha es electoral, no armada”, narró Urcuyo, al señalar diferencias con las guerrillas izquierdistas latinoamericanas y caribeñas que pelearon por conseguir el poder en los siglos XX y XXI. 

El panorama contrasta con las dictaduras militares derechistas que, con apoyo de EU, proliferaron en América Latina y el Caribe en la segunda mitad del siglo XX y dejaron un historial de atrocidades en derechos humanos. 

“No es un problema ideológico sobre izquierda o derecha. Es más bien sobre cuáles gobernantes violan o no los derechos humanos y utilizan la represión política violatoria de derechos humanos como estrategia de control de poder”, planteó a este diario el abogado venezolano Alfredo Romero, director presidente del (no estatal) Foro Penal, de Venezuela. 

“No se trata solo de EU sino de cualquier país que pretenda levantarles la mano a dictadores o legitimarlos que se hace cómplice de los crímenes de lesa humanidad que continúan cometiendo”, añadió. 

Para el abogado colombiano Reinaldo Villalba, vicepresidente de la (no estatal) Federación Internacional de Derechos Humanos, de París, América Latina y el Caribe “por siglos han sufrido represión de los gobiernos, la intervención de EU y la política neoliberal”. 

A consulta de este periódico, Villalba sugirió que EU y América Latina y el Caribe “deben sentarse a hablar”. 

“El diálogo es muy importante para establecer unas relaciones más de respeto e igualdad e ir dejando atrás las imposiciones, que no precisamente han favorecido a América Latina y el Caribe”, recordó.

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