Miami.— Dos periodistas del diario venezolano El Nacional, cuya sede fue embargada hace unos días, afirmaron ayer que su caso muestra que todos están “en peligro” y que, con el fin de las instituciones, “desaparece la prensa libre”, al tiempo que pidieron un firme apoyo internacional.

“El Nacional no es un caso ais- lado. Este peligro está muy cerca en otros países como Nicaragua o Argentina. Todos estamos en peligro”, advirtió ayer en un webinario Alba Sánchez, gerente editorial del citado diario, cuya sede fue embargada por la Justicia venezolana. Sánchez se refirió a la imposibilidad en Venezuela de denunciar lo que se cree que está mal, de investigar y decir la verdad e informar frente a una “dictadura de 23 años” cuyo “proceso se hizo poco a poco”.

El embargo de las instalaciones de El Nacional fue calificado recientemente por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) como “uno de los más grandes atropellos contra la libertad de prensa en las Américas en este siglo”.

Forma parte de la indemnización por “daño moral” de más de 13 millones de dólares ordenada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por una demanda de difamación planteada por Diosdado Cabello, el hombre fuerte del régimen de Nicolás Maduro. Sánchez y José Gregorio Meza, jefe de Redacción de El Nacional, denunciaron la grave situación de indefensión y de abuso que ha padecido el diario, fundado en 1943, tras el fallo judicial y la toma del edificio de El Nacional por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Los dos periodistas abundaron en las implicaciones de este golpe al periodismo libre venezolano y el resto del continente.

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, el argentino Carlos Jornet, moderador del seminario virtual, describió este “embargo político” de las instalaciones del diario venezolano de acto de “venganza y expoliación”.

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