Atlanta. Con temperaturas que se esperan en 35 grados centígrados, todo está listo para que, este jueves, a las 21:00 horas locales (19:00 de la CDMX), se lleve a cabo en esta ciudad el debate presidencial entre el mandatario estadounidense Joe Biden y el expresidente republicano Donald Trump. El clima va más que acorde para lo que se estima será un "debate muy caliente" en el estudio Turner Entertainment Network, desde donde opera la cadena de televisión CNN que organizó el evento.
Atlanta se ha llenado de corresponsales y enviados especiales nacionales e internacionales que estarán este jueves siguiendo el debate, para el cual las reglas están más que acordadas. Los moderadores serán Jake Tapper y Dana Bash, reputados periodistas de la cadena noticiosa.
Biden ganó el volado que le permitió escoger el podium del lado derecho en la pantalla, lo que para muchos estrategas es la mejor posición en un acto de esta naturaleza; Trump también ganó, al ser quien cerrará el debate. El evento no contará con audiencia en vivo para maximizar el tiempo disponible para los candidatos. La ausencia de una audiencia en vivo significa que no habrá reacciones en tiempo real del público, lo que permitirá un enfoque más directo en las respuestas de los candidatos, explicó a EL UNIVERSAL uno de los organizadores. Todavía está fresco en la memoria aquel debate caótico de 2020 en el que Biden se desesperó y espetó a Trump un "¿por qué no te callas?".
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El de este jueves es el debate de debates. No sólo por la forma en que se acordó, fuera de las reglas del comité de debates, a iniciativa de Biden, que busca con urgencia dar un golpe definitivo a su rival, dado lo cerrado de las encuestas y que, pese a todos sus juicios políticos, el apoyo a Trump parece mantenerse firme, sino por cómo se desarrollará.
Empezando porque tendrá lugar antes de que ambos sean nominados candidatos de sus respectivos partidos: Biden por el Partido Demócrata, Trump por el Partido Republicano. El encuentro tendrá una duración de 90 minutos, Biden iniciará respondiendo la primera pregunta que hará uno de los moderadores, de ahí en adelante cada respuesta será de hasta dos minutos por participante, con minuto y medio para replica y contrarréplica; y, al final, ambos candidatos tendrán hasta dos minutos para exponer su mensaje de cierre del debate.
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Los micrófonos de cada contendiente permanecerán cerrados mientras no le toque hablar (considerando las constantes interrupciones de Trump que exasperaron a Biden hace cuatro años). También se podrán apreciar dos cortes comerciales durante la transmisión del evento. Ninguno de los dos podrá llevar consigo algún papel con anotaciones previas, pero el equipo de producción les dará una libreta para hacer anotaciones en el transcurso del debate y una botella de agua. No habrá nadie más en el escenario y no podrán comunicarse con nadie. Trump contra Biden, Biden contra Trump, totalmente solos. Todas las estrategias serán apriori y de lo que salga de sus propias ideas.
Consciente del reto, Biden ha estado concentrado en la casa presidencial de Camp David, en Maryland, para ultimar y repasar los últimos detalles, para ensayar con su equipo y repasar las debilidades de su rival. Trump se ha mantenido en campaña, recuperando el tiempo perdido en el juicio en el que fue declarado culpable de falsificación de registros comerciales, por haber disfrazado como pagos de campaña lo que en realidad fue dinero para silenciar su presunto affaire con la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels.
Todo, pues, está más que listo, con ambos contrincantes enfocados en un nocaut. De no conseguirlo, aún tendrán otra oportunidad: el 10 de septiembre se llevará a cabo el segundo y último debate presidencial, esta vez a cargo de ABC News, con los moderadores Linsey Davis y David Muir. Aunque quizá... podría ser demasiado tarde.
mgm