La Casa Blanca declaró que todavía "se puede evitar" una guerra abierta entre Israel y el grupo libanés Hezbolá, después de que una mujer muriera y varias personas resultaran heridas en un ataque israelí en Beirut.
La portavoz presidencial del Gobierno de EU, Karine Jean-Pierre, dijo en una rueda de prensa no tener comentarios inmediatos sobre el bombardeo de Israel sobre la capital del Líbano porque el suceso acababa de ocurrir, y repitió el mensaje que Estados Unidos ha mantenido en los últimos días.
"No creemos que una guerra total sea inevitable. Creemos que todavía se puede evitar", sostuvo Jean-Pierre, quien afirmó que el presidente estadounidense, Joe Biden, es un defensor de "las soluciones diplomáticas".
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Según la portavoz de la Casa Blanca, la diplomacia de Estados Unidos está intercediendo para buscar una solución que "permita que los ciudadanos israelíes y libaneses de ambos lados de la frontera puedan regresar a sus hogares y vivir de manera segura".
Poco después del ataque de este martes, el Ejército israelí confirmó haber bombardeado Beirut en una operación dirigida contra el "comandante responsable del asesinato de niños en Majdal Shams", en referencia al ataque atribuido a Hezbolá el sábado en esa ciudad drusa de los Altos del Golán, ocupados por Israel.
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Israel prometió responder "con dureza" a este ataque provocado por el impacto de un cohete contra un campo de fútbol donde jugaban niños y adolescentes, matando a 12, todos entre 10 y 16 años.
La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, está mediando para que la respuesta sea contenida y no desemboque en una guerra abierta en la frontera entre Israel y el Líbano que vive su mayor pico de tensión desde 2006, cuando el Ejército israelí y Hezbolá ya libraron una guerra.
La frontera vive un intercambio de fuego desde el inicio de la guerra de Gaza en octubre, que se ha cobrado la vida de más de 560 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbolá.
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