Nueva York decidió relajar las normas que regulan cómo debe dar cobijo a personas sin hogar ante la llegada masiva de migrantes a la ciudad y la expectativa de que el número se dispare al expirar este jueves el Título 42, la norma que permite a Estados Unidos llevar a cabo expulsiones exprés por motivos de salud pública.
A última hora del miércoles, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, firmó una orden ejecutiva de emergencia que suspende temporalmente partes de una ley que obliga a la Gran Manzana a dar una cama a cualquiera que la necesite.
El movimiento no va en contra de ese derecho, sino que elimina algunos de los requisitos que la ciudad se ha impuesto con el fin de poder atender al gran número de personas sin vivienda tras la llegada de miles de demandantes de asilo en los últimos meses.
Por ejemplo, el decreto de Adams suspende partes de la ley que hasta ahora obligaban a la ciudad a garantizar que las familias sin techo tuviesen su propia cocina y baño, por lo que no podían ser instaladas en albergues comunes, y relaja los límites de tiempo que la Alcaldía tiene para dar una cama a quien la pide.
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La Alcaldía subraya que la llegada de miles de demandantes de asilo en los últimos meses, muchos de ellos venezolanos, ha creado una "crisis humanitaria sin precedentes" que requiere "medidas extraordinarias para responder a las necesidades inmediatas" de estas personas y, a la vez, seguir atendiendo a la población sin hogar de la ciudad.
Según Adams, la ciudad recibió la semana pasada 4 mil 200 personas más y está acogiendo a una media de 500 nuevas personas cada día, con jornadas en la que la cifra es incluso el doble.
Además de los albergues municipales, esto ha creado necesidades extraordinarias en la red educativa, y hay escuelas que han tenido que abrir clases "ad hoc" para acoger a niños latinos llegados en masa a algunas zonas de Manhattan.
Todo ello se produce antes de que expire el Título 42, un paso que las autoridades locales temen que multiplique el número de migrantes y demandantes de asilo que entran desde la frontera mexicana.
Según cifras municipales, desde la pasada primavera han llegado a Nueva York casi 61 mil migrantes y actualmente unos 37 mil están alojados por la Alcaldía en hoteles y otras instalaciones.
Muchas de esas personas llegaron a la Gran Manzana en autobuses fletados por las autoridades de Texas, una política muy criticada por Adams, que sin embargo también ha recurrido a facilitar los viajes de migrantes a otros lugares como Canadá para aliviar la situación en la ciudad.
En los últimos días, además, se ha conocido que Adams planea enviar a migrantes a hoteles del condado de Rockland, al norte de la ciudad, lo que ha sido rechazado frontalmente por las autoridades locales, que están tratando de bloquearlo.
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mcc