Miami.— Militar, profesor, entrenador de futbol americano, congresista, gobernador... Tim Walz, elegido como compañero de fórmula de la nominada demócrata a la candidatura presidencial, es el tipo de persona con la que se identifican millones de estadounidenses.
“Al ser un hombre blanco del Medio Oeste, un hombre que viene de la clase media trabajadora complementa a Harris como mujer afro-asiática-descendiente. Esto les permite atraer a los grupos cívicos que cada uno representa y sumar votos”, dice a EL UNIVERSAL el analista Hernán Molina.
Nacido el 6 de abril de 1964 en West Point, Nebraska, Tim Walz creció en una familia de ascendencia alemana y fe luterana. Su infancia en las localidades rurales de Valentine y Butte, trabajando en la granja familiar durante los veranos, le inculcó un fuerte sentido del trabajo duro y la importancia de la educación. Su padre, James F. Walz, era un administrador escolar y su madre, Darlene Rose, una ama de casa, ambos desempeñaron un papel crucial en moldear los valores de Tim.
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A los 17 años, Walz se enlistó en la Guardia Nacional del Ejército, siguiendo los pasos de su padre, quien había servido en la Guerra de Corea. Durante 24 años, Walz sirvió en diversas capacidades, incluyendo entrenamientos con artillería pesada y respuesta a desastres naturales. Fue desplegado en Europa para apoyar la Operación Libertad Duradera tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. “La extensa carrera militar de Walz y su servicio en la Guardia Nacional del Ejército aportan credibilidad en temas de defensa y veteranos”, señala Molina.
Tras su carrera militar, Walz se dedicó a la educación. Con una licenciatura en Ciencias Sociales de Chadron State College y una maestría en Liderazgo Educativo de la Universidad Estatal de Minnesota, Walz viajó a China, donde pasó aproximadamente un año enseñando en un instituto de China como parte del programa WorldTeach de la Universidad de Harvard.
Walz aprendió a hablar chino mandarín, algo que podría servirle en el futuro, en caso de que la fórmula demócrata gane las elecciones del 5 de noviembre.
Después de casarse en 1994 con Gwen Walz, regresaron a China para su luna de miel.
Además, Walz ha sido becario visitante en Relaciones Internacionales en la Universidad Politécnica de Macao, fortaleciendo aún más sus vínculos y comprensión de la región. En debates y discursos, Walz ha enfatizado la importancia de las soluciones educativas y militares basadas en experiencias internacionales, destacando su trabajo en China como un ejemplo de su compromiso con la educación y las relaciones globales.
Su pasión por la educación y la comunidad lo llevó a involucrarse en la política, siendo elegido al Congreso en 2006, representando al 1er Distrito Congresional de Minnesota. Su entrada en el Congreso fue un cambio importante, ya que derrotó a un republicano titular de seis mandatos, marcando el inicio de una carrera política notable. En 2019, ganaría la gubernatura de Minnesota.
Walz suma a la campaña de Harris su lucha en defensa al derecho al aborto: en Minnesota, se comprometió a convertir el estado en un refugio para las mujeres que buscaran interrumpir sus embarazos.
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Hombre sencillo, conocido por su carácter tranquilo, su nominación sorprendió a quienes esperaban al lado de Harris a una figura como el gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro, más conocido en el país —según una encuesta publicada por Axios, 76% dijo no conocer a Walz—. Sin embargo, la misma sencillez del gobernador de Minnesota deja tranquila a Harris en el sentido de que no será opacada, ni las ambiciones políticas de su compañero de fórmula le causarán problemas.
Además, con todo y sus 60 años, Walz puede acercar a Harris a un sector clave: los jóvenes. El excongresista demócrata es conocido por sus videos virales con su familia, mostrándose como un papá promedio, que habla franco y se entiende con la gente.
Entre sus debilidades, su manejo del Covid-19 y lo que los republicanos señalan como “débil” ante las protestas por la muerte, a manos de la policía, del afroestadounidense George Floyd.
