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El terror golpeó en las últimas horas en Barcelona, donde al menos 13 personas murieron ayer en un atentado reivindicado por el Estado Islámico (EI). En la madrugada del viernes, la policía catalana abatió a los presuntos autores de lo que pareció ser un segundo ataque en la localidad costera de Cambrils.
El jueves, una camioneta blanca subió a la acera de La Rambla y se lanzó sobre la multitud, hiriendo a 100 personas más, 15 de ellas de gravedad. Dos hombres ligados al ataque fueron detenidos, pero no el conductor del vehículo. A las cinco de la tarde, hora de máxima afluencia en una de las zonas turísticas más populares de la ciudad, el vehículo invadió la zona peatonal a gran velocidad y circuló unos 500 metros haciendo eses y arrollando a todos los paseantes que pudo. Según Protección Civil, las víctimas son de al menos 18 nacionalidades: Alemania, Argentina, Australia, China, Bélgica, Cuba, Francia, España, Holanda, Hungría, Perú, Rumania, Irlanda, Grecia, Macedonia, Italia y Venezuela.
Testigos describieron a gente “volando” por el impacto y paseantes que se protegían tras los tradicionales kioscos del paseo, huyendo de la furgoneta.
Las distintas policías estatales y regionales que trabajan en Barcelona cerraron el centro de la ciudad, los transportes públicos y comenzaron la persecución del autor del atropello, que abandonó el vehículo y escapó a pie tras estrellarse contra varios autos aparcados en la calle. El miedo creció al informarse de la muerte de un hombre que se saltó un control policial en el que llegó a atropellar a un agente y recibió los disparos de otro. La policía no ha ligado este hecho con el atentado.
Las autoridades confirmaron haber detenido a dos de los hombres relacionados con el ataque, pero no al conductor del vehículo. Josep Lluis Trapero, el mayor de los Mossos d’Esquadra, la policía regional responsable de la investigación, explicó que los dos detenidos no tienen antecedentes por terrorismo pero se cree que están conectados con la célula yihadista que cometió los asesinatos.
Uno de ellos era Driss Oukabir, un ciudadano marroquí residente en la cercana localidad de Ripoll y sospechoso de alquilar la furgoneta, una Fiat blanca, dentro de la que también se encontró un pasaporte español. Según fuentes de la investigación, Driss pasó en 2012 un mes en la cárcel de Figueres, de forma preventiva, acusado de abuso sexual. Para aumentar la confusión, se informó que un hombre que dijo ser el verdadero Driss denunció haber sido suplantado por su hermano.
El dueño del pasaporte español fue detenido en Alcanar, otro municipio catalán donde el miércoles hubo una explosión en una casa dedicada a la venta de drogas que la policía vincula “con pocas dudas” con el atentado de ayer. Los inquilinos allí preparaban explosivos con bombas de butano. El incidente dejó un muerto.
Horas después del atentado de ayer, la situación aún era caótica. Los investigadores encontraron una furgoneta en otro municipio a 70 kilómetros de Barcelona con la que se sospecha que los terroristas querían huir.
El EI dijo vía su agencia de propaganda Amaq que “soldados” del grupo yihadista perpetraron el ataque. Es el primer atentado de esta organización terrorista en España y el octavo ataque por atropello en poco más de un año en Europa, incluyendo el de Niza, el peor hasta el momento, con 86 víctimas mortales, y tres en Londres. Hasta ayer, el peor ataque en España era el perpetrado por Al-Qaeda en Madrid en 2004, con saldo de 192 muertos.
Esta madrugada, la policía abatió a cinco atacantes en Cambrils, Tarragona, donde sospechosos quisieron atropellar a peatones. Hay seis civiles y un policía heridos, uno en estado crítico. La policía realizó explosiones controladas de los cinturones de explosivos que los agresores llevaban. Uno de ellos quiso apuñalar a la gente.
En Twitter, la Casa Real dijo que los atacantes “son unos asesinos, criminales que no nos van a aterrorizar”. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se trasladó a Barcelona y decretó tres días de luto. Agradeció la solidaridad internacional ante el “salvaje atentado yihadista”; apeló a la unidad y afirmó que la respuesta al terror debe ser global. Hoy, tanto él como el rey Felipe VI participarán en un minuto de silencio en la Plaza Cataluña. Con información de agencias