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Washington.— El primer contacto entre la delegación mexicana y el gobierno de Estados Unidos para tratar de evitar la imposición de aranceles a todas las importaciones mexicanas terminó ayer sin resolución; las pláticas siguen hoy.
El encuentro entre las delegaciones encabezadas, por parte de México, por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y del lado de Estados Unidos, por el vicepresidente Mike Pence, duró alrededor de dos horas y sólo se presentaron las propuestas de ambos grupos para resolver el tema migratorio, asunto central en la relación actual y exigencia única de Washington para evitar la imposición, a partir del 10 de junio, de 5% de aranceles a los productos mexicanos importados. A la cita asistieron también el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, y el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan.
“Lo importante es que hay voluntad de acercamiento y el vicepresidente fue muy claro en ese sentido”, dijo Ebrard en conferencia de prensa tras el encuentro en la Casa Blanca, dejando entrever que México debe actuar en materia migratoria para resolver las preocupaciones de EU. “Los flujos están creciendo demasiado y la situación actual no se puede mantener como está. Vamos a encontrar un punto de acercamiento”, añadió, tras describir como “cordial” el encuentro.
La principal diferencia, según Ebrard, es el enfoque: mientras EU busca medidas “que tengan efecto de corto plazo o inmediato”, México apuesta por acciones de largo aliento “y no sólo punitivas”.
Trump, de gira en Europa, se mantuvo al pendiente de la negociación con México y apenas terminado el encuentro, tuiteó: “Se está progresando, pero no lo suficiente... Las pláticas continuarán mañana [jueves] entendiendo que, si no se llega a un acuerdo, los aranceles al nivel de 5% empezarán el lunes”. Antes del inicio de las pláticas, Trump había advertido que “México quiere un acuerdo” y que por tanto el gobierno mexicano va a “hacer algo” y “parar” el flujo de migrantes —y drogas— que llega a la frontera sur de Estados Unidos.
Casualmente, el gobierno estadounidense presentó horas antes del encuentro las cifras de inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera sur durante el mes de mayo: cerca de 133 mil, un nuevo récord.
Las opciones de éxito del diálogo, según la delegación mexicana, siguen intactas. “Siempre creo que hay que ser optimista y más cuando estás en una negociación difícil y bajo tensión”, resolvió el canciller mexicano, inmóvil en su posición de que hay 80% de posibilidades de que se evite la imposición de aranceles el próximo lunes.
La presión para no aplicar aranceles no sólo viene de México, sino del mismo gobierno estadounidense: el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, se mostró “preocupado”de que la aplicación de aranceles afecte la ratificación del T-MEC. Desde el bando demócrata, la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, advirtió que “castigar a México será castigar a EU”, y reclamó que imponer aranceles “no es la forma de tratar a un amigo” y significará la entrada en un “terreno peligroso”.
El presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados en México, Mario Delgado y coordinador de la bancada de Morena, acudió a la Cámara de Representantes en Washington para dialogar y cabildear con los congresistas estadounidenses y dijo haber percibido que hay un ánimo de llegar a un acuerdo antes de la imposición de aranceles. “Encontramos un muy buen ambiente para México, no cayó muy bien el tema de las tarifas por parte de la administración Trump”, aseveró.
Por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que ni las guerras ni las murallas son la vía para resolver problemas. “Lo que tiene que ver con nuestra soberanía, la dignidad de nuestro pueblo, pero no vamos a actuar de manera impulsiva, nada de balandronadas. Si vamos a tomar una decisión, [hay que] decirlo quedito sin alzar la voz, con todo respeto, pero con firmeza”. Con información de Misael Zavala, Horacio Jiménez y Alejandra Canchola