Brasilia.— El presidente de Brasil, Michel Temer, decidió no firmar este año el tradicional indulto navideño, un beneficio previsto en la Constitución del país que concede la supresión de las penas de condenados siempre y cuando se cumplan algunos requisitos, confirmó ayer el gabinete de prensa del gobierno.
El año pasado, Temer firmó un polémico indulto de Navidad, que flexibilizaba las reglas respecto a otros años y podía beneficiar a condenados por corrupción, por lo que la fiscalía general solicitó su anulación a la Suprema Corte brasileña, que finalmente suspendió de manera cautelar algunos de los efectos de la medida.
Pese a la decisión, confirmada ayer, Temer aún podrá firmar el indulto navideño hasta el 31 de diciembre próximo, el último día de su mandato, si así lo desea.
El indulto es una prerrogativa prevista en la Carta Magna brasileña y exclusiva del presidente. En caso de que Temer mantenga su decisión, este será el primer año en que el beneficio no será concedido desde la retomada de la democracia en Brasil, en 1985.
Sin embargo, el mandatario electo, Jair Bolsonaro, quien asumirá la presidencia el 1 de enero próximo, ya se había manifestado contra el indulto navideño y llegó a afirmar que en caso de que Temer firmase un “indulto para criminales este año, seguramente será el último”.
Niegan permiso a Lula. La justicia federal del estado brasileño de Paraná negó ayer un pedido del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril pasado en la capital regional de ese estado, para asistir al funeral de su amigo y ex diputado Luis Carlos Sigmaringa Seixas, fallecido el martes.
En su decisión, el juez Vicente de Paula Ataíde Junior subrayó que la legislación brasileña prevé el derecho de que encarcelados dejen la prisión solamente en casos relativos a la muerte o enfermedades graves de familiares.
La defensa de Lula, quien cumple una condena de 12 años por corrupción, entró ayer por la tarde con un pedido para que el ex presidente pudiera comparecer el miércoles al entierro de su “amigo íntimo”, pero el magistrado consideró que, pese a los estrechos lazos entre ambos, “no hay grado de parentesco entre [Lula] y el fallecido”.La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, criticó la decisión en sus redes sociales y opinó que a Lula “todo es negado”.