San José.— Miles de bebés chilenos y brasileños de ambos sexos en pañales, menores de 5 años e hijos de haitianos entran a pie con sus padres al Tapón del Darién, que une al occidente de Colombia con el oriente de Panamá, en un riesgoso y agotador viaje de centenares de kilómetros de suelo colombiano a panameño como migrantes irregulares para llegar a Centroamérica y seguir a México y Estados Unidos.
Al final del recorrido por la espesa jungla colombiano-panameña poblada por animales salvajes, insectos y otras especies peligrosas, niñas y niños salieron en 2021 del bosque en el lado panameño como huérfanos, separados de sus progenitores, víctimas de ataques sexuales y traumatizados y cinco perecieron este año en el temido trayecto.
“La mitad de la niñez que está cruzando el Darién en 2021 son menores de 5 años. Son muchos bebés, en pañales y son separados de sus padres al caminar por esa selva”, dijo el belga Laurent Duvillier, vocero para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). “Viajan juntos desde Colombia y se separan en la travesía por el Tapón. UNICEF registró niños y niñas que, al salir de la selva, lamentablemente llegan huérfanos o separados de sus papás. A veces algunos padres se les unen después, pero otros los perdieron en la selva por varios motivos, por los asesinos o por los animales”, señaló Duvillier a EL UNIVERSAL.
Desesperación
Colindante con los océanos Atlántico y Pacífico, el Tapón cubre el norte del occidental departamento (estado) colombiano del Chocó y la oriental provincia (estado) panameña del Darién y es una trampa del incesante tránsito de miles de migrantes irregulares de América, Asia y África que, sin visas, buscan desesperadamente entrar a México y Estados Unidos. Atrapados por coyotes o traficantes de seres humanos, los migrantes arriban a Colombia desde varias naciones de América del Sur.
Cifras
En un recuento que emitió el pasado lunes, UNICEF precisó que 2021 superó los registros de menores migrantes a pie por el Darién hacia México y EU con “casi 19 mil” que cruzaron esa brecha natural y que son “casi tres veces más que el número registrado en los cinco años anteriores combinados”. De 522 en 2018 se subió a 4 mil en 2019 y se multiplicó por más de siete, según datos oficiales. “Más de uno de cada cinco migrantes que cruzan la frontera entre Colombia y Panamá son niños. La mitad de ellos son menores de 5 años. En este denso bosque tropical, las familias migrantes con niños están particularmente expuestas a la violencia”, como abuso sexual, trata y extorsión de “bandas criminales”, puntualizó. Los infantes que atraviesan el Darién enfrentan la amenaza de “contraer diarrea, enfermedades respiratorias, deshidratación y otras dolencias que requieren atención inmediata”, destacó.
En 2021, con cinco infantes hallados muertos en las entrañas del Darién, se detectó a 150 que ingresaron sin padres ni madres a estaciones migratorias y de socorro del oriente de Panamá.
“Semana tras semana más niños están muriendo, perdiendo a sus padres o separados de sus familiares mientras están en este peligroso viaje. Es espantoso que los grupos criminales se aprovechen de estos niños cuando son los más vulnerables”, afirmó la hondureña Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe: “Cada niño que cruza la brecha del Darién a pie es un sobreviviente”.
El panorama mostró que el conflicto se agravará en las próximas semanas con el tránsito de migrantes irregulares del sur al norte de América. El gobierno de Panamá informó que 91 mil 300 extranjeros —42 mil haitianos— entraron a suelo panameño por el Tapón de enero a septiembre de 2021, lo que triplicó el total de 2016. Fuentes oficiales confirmaron que unos 22 mil cubanos, venezolanos, africanos, asiáticos y haitianos y sus descendientes chilenos y brasileños menores se aglomeran en Necoclí, al norte de Colombia y frente al mar Caribe, ansiosos de penetrar al sector colombiano del Darién, pasar al panameño y continuar al resto de Centroamérica rumbo a México y EU.
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