Kabul.— Los talibanes anunciaron ayer a los principales ministros de su gobierno, exclusivamente masculino, que estará dirigido por Mohammad Hasan Akhund, próximo al mulá Omar, fundador del movimiento, consolidando así su poder pese a las manifestaciones contra el régimen, que se saldaron por primera vez con muertos.
A pesar de las palabras tranquilizadoras de los nuevos líderes del país asiático, comprometiéndose a ser más inclusivos y tolerantes, nombraron a Abdul Ghani Baradar, el cofundador de su movimiento, número dos de su régimen. El gabinete provisional estará dominado por la vieja guardia, otorgando altos cargos a personalidades que dominaron la batalla de 20 años contra la coalición liderada por Estados Unidos en Afganistán.
El gobierno de Joe Biden dijo estar “preocupado” por miembros de la gestión del país asiático y que evaluará al régimen por sus acciones, incluida la autorización a afganos a dejar la nación. El mulá Mohammad Yaqoob, hijo del mulá Omar, será ministro de Defensa y Sirajuddin Haqqani, líder de la red que lleva su nombre y número dos de los talibanes, será ministro de Interior. “El gobierno no está completo”, dijo su principal portavoz, Zabihullah Mujahid.
“Muchos de esos ‘nuevos líderes’ ya eran importantes entre los talibanes de antes del 11 de septiembre, y figuran en las listas de sanciones de la ONU”, tuiteó Bill Roggio, redactor jefe del Long War Journal (LWJ), un portal estadounidense dedicado a la guerra contra el terrorismo. Según Roggio, a su primer ministro, Mohammad Hasan Akhund, se le conoce por haber aprobado la destrucción de los budas gigantes de Bamiyán (centro), unas famosas estatuas del siglo VI esculpidas en unos acantilados que los islamistas dinamitaron en 2001.
El jefe supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, en una inusual intervención pública, invitó al nuevo gobierno a “hacer respetar la sharía”, la ley islámica, en el país. El gobierno hará cuanto pueda para establecer “una paz, una prosperidad y un desarrollo duraderos” en el país, añadió en un comunicado, pidiendo a sus compatriotas que no abandonen el territorio. El régimen talibán “no tiene problemas con nadie”, subrayó.
Los nombramientos se produjeron después de que los talibanes dispersaran una protesta por la mañana en Kabul, con disparos al aire. Los manifestantes denunciaban la violenta represión del régimen en Panjshir. Los asistentes también querían denunciar la injerencia de Paquistán. Decenas de mujeres se encontraban entre los manifestantes, y algunas portaban carteles que lamentaban el asesinato de sus hijos por parte de talibanes que, según dicen, fueron ayudados por Paquistán. Zabihullah Mujahid negó cualquier vínculo de su gobierno con Paquistán.