Madrid.— El Vaticano, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, ordenó la suspensión durante 10 años de su ministerio a un sacerdote de la Diócesis de Astorga, en el noroeste de España, acusado de abusos sexuales cometidos hace 35 años en un colegio de la provincia de Zamora.

Durante los 10 años de suspensión el sacerdote deberá residir en un monasterio o convento fuera de la Diócesis de Astorga, y después podrá vivir en la Casa Sacerdotal y celebrar la eucaristía con autorización expresa, explicó ayer el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez.

El obispo informó a la prensa de la resolución de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la investigación abierta para aclarar los supuestos casos de abusos sexuales cometidos por el cura José Manuel Ramos Gordon, los cuales fueron confirmados.

Los hechos fueron cometidos entre 1981 y 1984 y se dieron a conocer luego de que un ex alumno reveló en febrero de 2017 que fue víctima de abusos por parte del sacerdote.

El obispo Menéndez insistió en que, aunque sean delitos que han prescrito jurídica y canónicamente, ordenó personalmente una investigación “exhaustiva” y dio cuenta de ello a la Santa Sede.

La investigación previa concluyó en junio del año pasado, y sus conclusiones y actas fueron enviadas entonces a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el organismo competente para juzgar estos casos.

Este organismo encomendó al obispo abrir un proceso administrativo penal y, una vez finalizado, declara probados los hechos denunciados y, por tanto, la comisión de “un delito grave de abusos sexuales a menores”.

La investigación se ha centrado en la denuncia presentada y no se ha entrado en consideraciones sobre si pudiera haber más víctimas.

El obispo Menéndez manifestó que informó de la resolución al sacerdote y a la víctima, a quien también le expresó su dolor por lo sucedido y le pidió perdón.

Expulsan a sacerdote en Chile. Un sacerdote acusado de conducta sexual indebida en el caso de los hermanos maristas, y que ya había cumplido una sentencia canónica por abusos a menores, fue expulsado de la Iglesia chilena, anunció el fin de semana el arzobispado de Santiago.

El papa Francisco decretó de forma inapelable “la dimisión del estado clerical”, así como la “dispensa de todas las obligaciones unidas a la sagrada ordenación” del padre Cristián Precht Bañados a partir del 12 de septiembre, informó la oficina arzobispal en un comunicado.

Aunque no se indica la causa de esta decisión, sí se menciona a la Congregación de la Doctrina de la Fe, el organismo de la Iglesia encargado de investigar los abusos sexuales.

“No será cárcel (aún) pero que se lo expulse de cura a Precht para mí es algo de justicia”, afirmó en Twitter José Andrés Murillo, una de las víctimas más conocidas de abusos sexuales en Chile a manos del sacerdote Fernando Karadima.

Precht, conocido durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por su destacado papel en defensa de los derechos humanos en la llamada vicaría de la solidaridad, ya había cumplido en diciembre una sentencia canónica de cinco años apartado de las labores del sacerdocio por abusos sexuales a 20 víctimas de entre 15 y 33 años.

La investigación sobre los maristas, uno de los escándalos por abusos sexuales más grandes en Chile en el último año, concluyó de forma preliminar a principios de septiembre. Los investigadores canónicos acreditaron la verosimilitud de las acusaciones en casos que abarcaban desde 1970 hasta más allá del 2000 y en las que investigaban a varios prelados.

El caso de los maristas se destapó en agosto de 2017, con la denuncia contra Abel Pérez, por abusar y violar a 14 menores.

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