La Corte Suprema de Estados Unidos se negó el miércoles a detener la ejecución de un condenado a muerte de Alabama, la cual está prevista para esta semana mediante gas nitrógeno, un método totalmente nuevo que algunos expertos han tachado de secreto por temor a que pueda provocar dolor excesivo o incluso que constituya tortura.
Kenneth Smith, condenado a muerte por asesinar a Elizabeth Sennett en 1988, se opone a ser ejecutado por hipoxia nitrogenada, alegando que eso viola su derecho a no ser sometido a castigos crueles e inusuales en virtud de la Octava Enmienda de la Constitución.
La breve orden judicial se limita a señalar que la solicitud de Smith había sido denegada. Ningún juez disintió públicamente, informó NBC News.
Lee también: Nikki Haley se burla de Donald Trump; saca campaña para "hacer normal" a EU de nuevo
Smith tiene otra demanda pendiente ante un tribunal federal que podría dar lugar a la suspensión de la ejecución, programada para este jueves en la prisión Holman de Atmore, Alabama.
Alabama es uno de los tres estados de Estados Unidos que aprobó el método de hipoxia de nitrógeno, que consiste en suministrar ese gas a través de una mascarilla hasta privar al cuerpo de oxígeno.
Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU en Ginebra, instó la semana pasada al estado de Alabama a abandonar los planes de ejecutar a Smith a través de ese método "incipiente y no probado" que podría "constituir tortura" según el derecho internacional.
Lee también: "Eres más que Kensuficiente": el mensaje de Hillary Clinton a Margot Robbie
"La pena de muerte es incompatible con el derecho fundamental a la vida", afirmó Shamdasani, una postura que tiene la ONU como principio.
El estado de Alabama defendió ante un tribunal su decisión bajo el argumento de que es "quizás el método de ejecución más humano que se haya inventado".
Según una reciente encuesta de Gallup, 53% de los estadounidenses apoya la pena de muerte para alguien condenado por homicidio, el nivel más bajo desde 1972.
La pena capital ha sido abolida en 23 estados de Estados Unidos, mientras los gobernadores de otros seis (Arizona, California, Ohio, Oregon, Pennsylvania y Tennessee) mantienen suspendido su uso.
**Con información de AFP
sp/rmlgv