El dinero no lo puede todo.
Los más de 500 millones de dólares de su propio bolsillo que gastó Michael Bloomberg por ser el candidato demócrata y competir con Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos apenas sirvieron para ganar las primarias en Samoa Americana.
Los resultados del "supermartes" en 14 estados del país, la primera jornada en la que el nombre del exalcalde de Nueva York aparecía en la boleta, precipitaron que Bloomberg decidiera abandonar la carrera.
No ganó en ningún estado y apenas triunfó en Samoa.
El martes quedó claro que la competencia es entre Bernie Sanders y Joe Biden. Y Bloomberg se dio cuenta claramente.
"Hace tres meses entré en la carrera por ser presidente para batir a Donald Trump. Hoy la abandono por la misma razón", dijo Bloomberg este miércoles en un comunicado.
El hombre de negocios y filántropo, que competía como independiente, mostró su respaldo a Biden, cuya posición se reforzó en los últimos días con los resultados de las primarias y con el respaldo de otros candidatos que, como Bloomberg, dejaron la carrera.
Biden, vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama (20018-2016), aglutina así el voto moderado y centrado al que apuntaba Bloomberg y en oposición a Bernie Sanders, más a la izquierda en el espectro político.
Bloomberg decidió poner su propia fortuna en la carrera demócrata por su deseo de batir a Trump. Entonces no veía a Biden como el candidato moderado fuerte que es ahora tras el "supermartes", cuando ganó en la mayoría de los estados en juego, incluido Texas.
Se proyecta que Sanders, por su parte, venza en California, por lo que entre ambos está la disputa por lograr la mayor cantidad de delegados, los que finalmente elegirán en la convención demócrata de julio al rival de Trump.
"Siempre creí que batir a Trump empieza con la unidad detrás de un candidato que tenga la mejor oportunidad de derrotarlo. Tras la votación de ayer está claro que el candidato es mi amigo y gran estadounidense Joe Biden", dijo Bloomberg.
La incursión de Bloomberg recordó a la de Trump en el bando republicano hace cuatro años. Pero la fórmula del empresario independiente exitoso que desafía a los políticos de carrera y al establishment de un partido esta vez no resultó.
Bloomberg creyó que con su fortuna podría lograrlo.
"Soy el candidato con el balance y lo recursos" para ganar la elección.
Sus rivales, sobre todo Sanders y la senadora Elizabeth Warren, más a la izquierda, centraron en él su ataque a las grandes fortunas y lo acusaron de querer comprar la candidatura.
"Va a intentar comprar la presidencia gastando cientos y cientos de millones de dólares en anuncios de televisión", dijo Sanders en repetidas ocasiones.
El senador por Vermont ha hecho del ataque a los más ricos una de sus señas de identidad. Y nadie los representaba mejor que Bloomberg.
Pero en política no sólo el dinero importa.
"Mientras a los demócratas le gustaban la mayoría de los candidatos en la carrera, en Virginia, por ejemplo, el 56% lo veía de forma desfavorable. Cientos de millones de dólares en anuncios de televisión y en correo no sirven si los votantes no confían en ti", analiza Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Washington.
Biden ganó el martes en estados donde no había invertido un solo dólar en anuncios mientras Bloomberg gastaba 34 millones de dólares en Alabama, Carolina del Norte y Virginia. Para nada.
Y sólo en enero gastó 220 millones de dólares, según los datos de la Comisión Federal Electoral. En comparación: Sanders gastó, 26.5 dólares; y Biden, 10.6 dólares.
Warren además lo atacó con dureza en el último debate, en Las Vegas, sin que él, poco acostumbrado a la disputa política, supiera enfrentarlo. Y eso afectó a sus resultados en las encuestas.
Sobre Bloomberg pesaban dos sombras: los acuerdos a los que llegó tras denuncias de mujeres por acoso y discriminación, y la política stop and frisk (detener y registrar), que permitía en Nueva York la detención y el interrogatorio de personas y por la que se acusó a la policía de actuar sobre todo contra las personas negras.
Que su dinero no haya servido para avanzar en la carrera y ser el candidato demócrata no quiere decir que no vaya a ser clave en los meses de disputa demócrata que restan y luego ya en el cara a cara con Trump.
Bloomberg ha dicho que su objetivo es que Trump salga de la Casa Blanca y está decidido a respaldar a los demócratas también a mantener la mayoría en la Cámara de Representantes y recuperar el Senado, también en juego en las elecciones del 3 de noviembre.
Y Biden es ahora el depositario de sus deseos.
El ex vicepresidente agradeció este miércoles el respaldo.
"Se trata de batir a Donald Trump y con tu ayuda vamos a lograrlo", expresó Biden en Twitter.
Quizás cuando habla de "ayuda" habla en realidad de dinero. Bloomberg, con recursos sobrados, formó un operativo de campaña que ahora podría poner al servicio de Biden.
Porque no sólo Trump es el enemigo de Bloomberg, sino también Sanders, un candidato al que el millonario no ve como la persona idónea para derrotar al republicano.
"(El presidente de Rusia, Vladimir) Putin cree que Trump debe ser el presidente de Estados Unidos y por eso Rusia te ayuda a que seas el elegido para que pierdas ante él", dijo Bloomberg a Sanders en el último debate sobre la supuesta interferencia de Rusia en la elección a favor del senador izquierdista y de Trump.
El millonario tenía más de 200 oficinas en todo el país y miles de empleados. Su operativo superaba por mucho al de sus rivales y puede ser algo de lo que Biden se beneficie.
Además, su fortuna será clave para el cara a cara con Trump, que sigue recaudando dinero para la reelección mientras los demócratas compiten entre sí.
La eventual transferencia de millones a Biden puede tener también sus desventajas.
Sanders podrá ahora usar los argumentos que tenía contra Bloomberg para reforzar su ataque contra Biden, al que identifica como el candidato del establishment político y económico al que el senador desafía con su discurso de "socialista democrático" con el que está haciendo virar a la izquierda al Partido Demócrata en los últimos años.
No es ese el camino que Bloomberg quiere que tome el Partido Demócrata. Pensó que él podría conducirlo por otro. Ahora su apuesta es por Biden.
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