Ginebra.- Descontentos tras el claro 'Sí' suizo a la ley Covid que instauró el pase sanitario, solamente unas pocas decenas de manifestantes se concentraron este domingo ante a la sede del gobierno y el Parlamento, bajo una estrecha vigilancia de las fuerzas de seguridad.
De acuerdo a los primeros resultados oficiales, el "Sí" superaría 61%, en tanto la participación, alrededor del 65%, es la cuarta más elevada desde que se introdujera el sufragio femenino , en 1971, en un país donde la media es del 46% en este tipo de consulta.
Este referéndum se celebró en un momento en que la nueva variante ómicrom , calificada de "preocupante" por la Organización Mundial de la Salud , volvió a poner al planeta en estado de alerta.
Como señal de las inusuales tensiones en Suiza, la policía bloqueó este domingo la plaza frente a la sede del gobierno y del Parlamento en Berna, en previsión de manifestaciones.
Precisamente, los opositores a las medidas anti-covid habían convocado a una manifestación en la capital Berna, pero apenas unas pocas decenas se concentraron frente al Palacio Federal, sede del gobierno y el Parlamento, vallado con una tela metálica, por temor a desbordes.
De acuerdo a uno de los politólogos helvéticos más renombrados, Claude Longchamp, es la primera vez que el Palacio Federal ha sido aislado durante una votación federal dominical.
"El Consejo Federal debe preguntarse si no es el responsable de eventuales excesos, porque empujando a la gente hacia un límite con medidas coercitivas (...) quizás se esté empujando a que la gente tenga reacciones fuertes", declaró a la AFP Michelle Cailler, portavoz del colectivo Amigos de la Constitución, uno de los grupos detrás del referéndum.
Los sondeos ya auguraban que la población iba a aceptar la ley, pero los opositores a las vacunas y al pase sanitario organizaron manifestaciones en las últimas semanas, algunas prohibidas y salpicadas de violencia.
El aumento de las tensiones en Suiza, país reputado por su cultura del diálogo y donde se organizan referendos varias veces por año, creó una gran sorpresa.
Muchos políticos, incluido el ministro de Sanidad Alain Berset -que desde hace dos años encarna la lucha contra el coronavirus en el país alpino-, fueron amenazados de muerte y ahora están bajo protección policial.
Este domingo, los suizos también aprobaron con más del 60% y en la gran mayoría de los cantones (que tienen potestades al respecto), una iniciativa popular relativa a los cuidados de enfermería, solicitando a la Confederación que garantice una "remuneración adecuada" para quienes realizan servicios asistenciales.
Estas votaciones se produjeron cuando Suiza, como otros países, experimenta un brote de infecciones de Covid-19 desde mediados de octubre debido a la variante delta.
Pero, a diferencia de otros países en el mismo caso, el gobierno helvético se había negado hasta ahora a endurecer las medidas de control a nivel nacional, argumentando que la ocupación de las camas en cuidados intensivos por pacientes con coronavirus es relativamente baja hasta la fecha (20%).
No obstante, el gobierno instó a los cantones a adoptar medidas y pidió a la población que respete las medidas sanitarias básicas.
Con una tasa de vacunación total de alrededor del 65%, Suiza está atrasada en la cobertura de vacunación en comparación con otros países de Europa occidental.
Es la segunda vez en menos de seis meses que la población debe votar sobre la ley Covid. En junio, los ciudadanos la apoyaron con 60% de los votos en un primer referéndum.
Sin embargo, al modificarse la ley para dar más margen a las autoridades para luchar contra la pandemia y permitir la instauración del pasaporte Covid, las personas en contra decidieron convocar un segundo referéndum.
Los opositores rechazan este "endurecimiento extremo e innecesario de la ley Covid" y denunciaron el pasaporte Covid, "que induce implícitamente a una vacunación forzada".
El conjunto de los movimientos políticos, con excepción de la derecha populista UDC, primer partido del país apoyó la ley.
El gobierno argumenta que el pasaporte Covid facilita los viajes y las estancias en el extranjero, permite la celebración de manifestaciones y está "a disposición de todos", porque las personas no vacunadas y que no tuvieron el virus pueden hacerse pruebas PCR para obtenerlo.
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