A pesar de que todo hacía presagiar lo contrario, el gobierno de Estados Unidos volvió a quedarse sin fondos esta madrugada, en el segundo cierre de gobierno de la era Trump y el segundo en menos de tres semanas. En la cuenta atrás hacia el plazo límite para financiar las arcas federales se acumularon los obstáculos y la incertidumbre se hizo certeza.
Al cierre de esta edición no se sabía cuánto iba a durar el cierre del gobierno, que se quedaba sin dinero a partir de las 00:00 horas de Wa-shington de este viernes. El Senado, primera cámara que debía aprobar una ley de presupuesto, tenía previsto votar durante la madrugada; después hacía falta la aprobación de la Cámara de Representantes, en una votación que podría producirse a primera hora del viernes.
Si al iniciar el jueves todo hacía presagiar que no habría problema para aprobar el pacto presupuestario que se logró el miércoles, durante el día se acumularon los problemas. El principal escollo fue el senador Rand Paul, republicano de ideario libertario ultraconservador fiscal, quien usó una estratagema del Senado para retrasar el voto. Se negó a permitir que votara el presupuesto sin que se debatiera una enmienda presentada por él para limitar el techo presupuestario que añade deuda a las cuentas federales. Su rebeldía llevó al gobierno al “cierre”.
Previniendo que el plan de Paul tuviera el éxito que tuvo, la Casa Blanca avisó a sus departamentos y agencias que se prepararan para “el lapso” de gasto que pudiera ocurrir a partir de la medianoche.
Anoche, el Senado decretó un receso hasta las 00:01 de hoy. La protesta de Paul se podría alargar hasta las 3 de la madrugada y luego vendrá la votación en la Cámara de Representantes, donde no se sabe si habrá los votos favorables suficientes.