Al menos 75 personas fueron reportadas como muertas por el tifón más fuerte que azotó este año a Filipinas , mientras se intensifican los esfuerzos por llevar alimento y agua a las islas devastadas.
Arthur Yep
, el gobernador de Bohol, un popular destino turístico, dijo que los alcaldes de esa isla reportaron 49 muertes en sus localidades , lo que eleva a 75 el número de víctimas por el tifón, según las últimas cifras oficiales.
El tifón Rai pasó el viernes por la noche en el Mar del Sur de China después de arrasar las provincias de las islas centrales y del sur, donde más de 300 mil personas fueron evacuadas a un lugar seguro.
En su punto más fuerte, los vientos sostenidos de Rai alcanzaron 195 kilómetros (121 millas) por hora y ráfagas de hasta 270 km/h (168 mph), una de las más poderosas en los últimos años en golpear el archipiélago del sudeste asiático propenso a desastres, que se encuentra entre el Océano Pacífico y el Mar del Sur de China.
El tifón azotó la costa sureste del país el jueves, pero el alcance de las víctimas y la destrucción permaneció incierto dos días después porque provincias enteras se quedaron sin electricidad y conexión de telefonía celular.
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La agencia nacional encargada de responder a los desastres informó de al menos 31 muertos , mucho de ellos tras ser golpeados por árboles.
Las autoridades de las islas Dinagat, una de las primeras provincias azotadas por los feroces vientos del tifón , permanecían aisladas el sábado debido a la caída de las líneas eléctricas y de las comunicaciones.
La gobernadora, Arlene Bag-ao , informó en el sitio web de la provincia que la entidad de alrededor de 180 mil habitantes “había sido arrasada”. Pidió comida, agua, refugios temporales, combustible, kits de higiene y suministros médicos. Dijo que hasta ahora solo se han reportado unas pocas víctimas en la capital porque otras ciudades permanecen aisladas.
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“Es posible que hayamos sobrevivido, pero no podemos hacer lo mismo en los próximos días debido a nuestras limitadas capacidades como provincia insular”, dijo Bag-ao y agregó que algunos de los hospitales de Dinagat no pudieron abrir debido a los daños. “La mayoría de nuestros buques comerciales y de carga... ahora no son aptos para viajes por mar, lo que nos separa del resto del país”.
Alrededor de 20 tormentas y tifones azotan Filipinas cada año. El archipiélago está ubicado en la región sísmicamente activa del Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que lo convierte en uno de los países más propensos a desastres del mundo.
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