El pequeño país insular de Sri Lanka, al sur de India, ha sido noticia este fin de semana después de que un grupo de manifestantes asaltara la residencia presidencial e incendiara la casa del primer ministro para exigir un cambio de gobierno.
Las imágenes que se transmitieron a nivel global mostraron a algunos de los manifestantes nadando en la piscina presidencial.
Aunque ninguno de los dos funcionarios estuvo amenazado al no encontrarse en sus residencias al momento de los ataques, la situación terminó en la renuncia del presidente Gotabaya Rajapaksa.
El anuncio lo hizo el portavoz del parlamento, Mahinda Abeywardana, quien aseguró que el presidente había dimitido para "asegurar una transición pacífica del poder". Al mismo tiempo, el líder del legislativo pidió a los ciudadanos "respetar la ley y mantener la paz".
Pero, ¿por qué esta nación en el océano Índico, poblada en su mayoría por tres grupos étnicos distintos, llegó a tal punto de inestabilidad?
En BBC Mundo te lo contamos.
Miles de manifestantes de diferentes partes del país se congregaron en la capital, Colombo, el sábado. Agentes estatales confirmaron a la agencia de noticias AFP que algunos incluso habían tomado el control de trenes para llegar a la capital.
El presidente Rajapaksa había dejado su residencia oficial el viernes como precaución al anunciarse protestas en la ciudad, indicaron fuentes del ministerio de defensa a Reuters.
BBC no ha sido capaz de confirmar dónde se encuentra actualmente el mandatario.
Los manifestantes comenzaron su avanzada hacia la residencia presidencial en la mañana del sábado, atravesando retenes.
Cientos de manifestantes entraron en la residencia, gritando y ondeando la bandera nacional.
Algo similar ocurrió en la residencia del primer ministro quien, a las pocas horas, anunció su renuncia para dar lugar a un gobierno de coalición y proteger la seguridad de los ciudadanos.
Pero poco después del anuncio, comenzaron a circular videos de la residencia del ministro en llamas. Se cree que el incendio fue ocasionado por los manifestantes.
Otros videos que se publicaron en las redes sociales mostraban personas merodeando alrededor de la residencia presidencial y a algunos, nadando en la piscina. Otros estaban vaciando los cajones.
Las protestas que se han visto a nivel mundial durante este fin de semana en la capital, Colombo, llevan meses en las calles.
Actualmente Sri Lanka está en una grave crisis financiera y no tiene acceso a monedas extranjeras como el dólar o el euro para pagar sus importaciones.
Estas incluyen comida, medicinas y combustibles.
Hace menos de una semana, el gobierno de Sri Lanka anunció que no tenía suficientes reservas en moneda extranjera para importar combustible y que las reservas de gasolina y diesel apenas alcanzarían para unos días si se mantenía el nivel de consumo habitual.
Así que, en un intento por atajar la crisis, las autoridades implementaron una prohibición a la venta de gasolina y diesel a consumidores particulares, convirtiéndose en el primer país en hacerlo desde la década de los años 70.
Esto llevó a que las escuelas de Sri Lanka tuvieran que cerrar, y a que las autoridades pidieran a los 22 millones de habitantes de la nación que trabajaran desde casa.
Esto en un momento en el que la inflación alcanza el 30%.
Las reservas de divisas de Sri Lanka están prácticamente vacías.
En mayo, por primera vez en su historia, el país incumplió el pago de la cuota de su deuda exterior.
El gobierno atribuye la crisis a la pandemia del coronavirus, que afectó la industria turística de Sri Lanka, una de sus principales fuentes de ingreso de divisas.
Además, también ha mencionado que los turistas tienen miedo de viajar al país tras una serie de ataques con explosivos a iglesias que tuvieron lugar en 2019.
Sin embargo, algunos expertos aseguran que el verdadero problema es un mal manejo fiscal.
Hacia el fin de su guerra civil en 2009, Sri Lanka buscó enfocarse en proveer bienes al mercado nacional en vez de intentar vender sus productos en mercados extranjeros.
Así, mientras los ingresos por exportaciones se mantenían bajos, la factura de las importaciones continuaba subiendo y se ampliaba el déficit por cuenta corriente del país.
Actualmente, Sri Lanka importa US$3.000 millones más al año en productos de lo que exporta. Es por esto que se ha quedado sin divisas.
Además, el gobierno ha acumulado grandes deudas con otros países, entre ellos China, para financiar lo que sus críticos han llamado "proyectos de infraestructura innecesarios".
Mucha de la ira popular por la crisis económica se dirigió contra el presidente Gotabaya Rajapaksa y su hermano, Mahinda, quien fue primer ministro pero renunció a su cargo en mayo.
Por Ethirajan Anbarasan, BBC News, Colombo
Son tiempos extraordinarios en Sri Lanka.
Después de un día de furia y violencia, los dos líderes de más alto rango en el país han anunciado su dimisión.
La noticia desató el júbilo en el sitio principal de las protestas en Colombo. Se escuchaban fuegos artificiales por toda la ciudad.
Me encuentro en el sitio de protestas Galle Face donde muchos han empezado a regresar a casa, aunque miles más aún permanecen. Algunos han estado cantando y tocando instrumentos musicales, celebrando.
Sorprende cómo ha cambiado la situación. Hace pocos días circulaba en las redes sociales una foto del presidente Gotabaya Rajapaksa y el primer ministro Ranil Wickremesinghe sonriendo en el parlamento.
Muchos expresaron su ira, diciendo que ambos se veían felices mientras millones pasaban dificultades para comer tres veces al día. Pero una semana es un tiempo largo en política.
Yo he visto al presidente Rajapaksa en la cima de su poder. Era un hombre despiadado y muy temido. Nadie, incluidos los periodistas, hubiera querido ver uno de sus momentos de furia.
Que ahora el presidente haya huido de su residencia oficial es algo dramático, que no se hubiera podido pensar hace algunos meses.
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