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Al menos 88 mexicanos son los que permanecen en centros de detención migratoria a causa de las megarredadas que se llevaron a cabo hace dos días en Mississippi, Estados Unidos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que, según los datos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), detuvo inicialmente a 122 mexicanos (de entre los 680 que fueron asegurados) y 34 fueron puestos en libertad por contar con algún documento migratorio o por no tener antecedentes criminales.
Los connacionales se encuentran en centros de detención en los estados de Mississippi y Louisiana.
El pasado miércoles, la autoridad migratoria de Estados Unidos llevó a cabo una megarredada en al menos siete plantas procesadoras de alimentos de seis ciudades.
El canciller Marcelo Ebrard Casaubón dijo que todos los connacionales detenidos reciben atención: “La instrucción que tenemos […] es que aquellos que fueran repatriados sean acompañados, en este caso, por autoridades de la Secretaría de Gobernación y reciban propuesta de empleo, salud y educación”.
Aseguró que trabajadores de protección consular están al pendiente de los connacionales para verificar que se les realicen las entrevistas pertinentes y que todo se lleve a cabo con el estricto proceso.
Ebrard Casaubon mencionó que personal de otras representaciones diplomáticas fue desplazado para brindar el mayor apoyo posible.
Detalló que se activó la red de abogados del programa de asistencia jurídica a mexicanos para garantizar la adecuada defensa legal de todos y cada uno de los detenidos.
Dada la magnitud de lo ocurrido en Mississippi, en donde 680 personas fueron detenidas por ICE, el gobierno mexicano instruyó a los cónsules en Nueva Orleans, Houston y Little Rock a estar pendientes, lo mismo que al personal de protección consular. Trabajadores del consulado en Nueva Orleans se desplegaron en Jena y Basile, Louisiana, así como en Natchez, Mississippi.
El titular de la SRE informó que se pedirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que realice un recorrido por centros de detención en Estados Unidos, para verificar las condiciones en las que se encuentran los migrantes.
El presidente de la organización Mexa Institute, Jorge Santibáñez, consideró que la acción fue un mensaje del presidente de la Unión Americana, Donald Trump, para la comunidad migrante y para sus bases: “Refleja muy bien la personalidad de Trump, quien cree en la teoría de que cuando hay una situación que él quiere ganar, hay que pegar”.
Resaltó que la redada fue de nula sensibilidad porque Trump se encontraba en El Paso, Texas, donde el pasado 3 de agosto un antiinmigrante hizo una matanza. Santibáñez consideró que México debería cambiar su estrategia migratoria con EU, porque si bien fueron detenidos cientos de mexicanos, son millones los que tienen miedo.
También ayer se informó que Koch Foods, firma propietaria de las plantas de procesamiento de pollo donde se efectuaron las redadas, pagó el año pasado 3.75 millones de dólares por una demanda laboral entablada en su contra por acoso sexual, discriminación racial y por origen nacional, así como por represalias sobre sus trabajadores hispanos.
Activistas informaron que estos operativos se han enfocado en empresas donde los trabajadores migrantes han organizado sindicatos para enfrentar la discriminación y las condiciones laborales inseguras e insalubres, con apoyo de la Comisión de Oportunidades Laborales Equitativas, agencia del gobierno federal con sede en Washington, reportó el portal Democracy Now!
***Con información de Gabriel Moyssen