"En la selva hay voces y esas voces se escuchan".
Con esta premisa en la cabeza, las autoridades de socorro de Colombia llevan a cabo una de las mayores labores de búsqueda emprendidas recientemente en el país: la de cuatro niños que habrían sobrevivido a un accidente aéreo el pasado 1 de mayo en la región del Guaviare.
Los cuatro niños -hermanos de 4, 9 y 13 años, y uno de 11 meses- estaban acompañados en el viaje por su madre y otros dos adultos, que murieron a consecuencia del accidente.
Sin embargo, cuando las autoridades llegaron al lugar del siniestro solo encontraron los cuerpos sin vida de los adultos. No había ni rastro de los niños.
El hecho se convirtió en un suceso nacional cuando el propio presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció en redes sociales que los niños habían sido hallados con vida.
Ninguna de las autoridades involucradas en la búsqueda pudo confirmar la noticia, que tuvo que ser desmentida por el propio Petro un día después.
"El ejército está desde el día uno, desde que se perdió la avioneta y desde que nos enteramos de la posibilidad de que los niños estuviesen vivos. Hemos puesto todos los recursos posibles para encontrarlos", le dijo a BBC Mundo el capitán Carlos G. Vargas, miembro del equipo de comunicaciones del ejército colombiano.
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Entre las estrategias utilizadas por las autoridades colombianas para hallar a los menores, una ha llamado la atención: un mensaje grabado por Fátima, la abuela de los niños, tanto en español como en su lengua indígena nativa.
"Les pido un favor, que yo soy su abuelita Fátima, ustedes me entienden. Tienen que estar quietos. Los están buscando. Escuchen el micrófono, estén parados, para que ellos los traigan. Si se sienten angustiados, solo mi Dios lo sabe", se escucha en el mensaje.
Esta grabación ha sido utilizada tanto por los helicópteros que sobrevuelan la zona, como por los soldados que han utilizado sistemas de altavoces para extender el mensaje a través de la selva.
La avioneta se estrelló cuando cubría la ruta Araracuara - San José del Guaviare con siete personas a bordo, incluido el piloto. Entre las víctimas fatales estaba Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los menores.
"Perdí a mi hija, que no me volverá a llamar mamá, por eso lo único que quiero es abrazar a mis nietos, que los encuentren", le dijo Fátima al portal de noticias France 24.
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La búsqueda de los niños ha permitido que se dé, de forma inédita, una colaboración entre el gobierno, las comunidades indígenas y el ejército nacional.
Además de los 150 uniformados que se encuentran en la zona, este fin de semana se unieron 100 miembros de las comunidades indígenas que intentarán encontrar a los cuatro menores.
No es un reto fácil: la zona de búsqueda abarca unos 26.000 kilómetros de tupida selva en el sur del país, lo que ha retrasado el avance de los efectivos que se encuentran en el terreno.
"Hemos lanzado kits de supervivencia. Hemos dispuesto una red de apoyo logístico en una búsqueda inédita en el país, donde todos están colaborando: comunidades indígenas, entidades del gobierno nacional y fuerzas militares, para encontrar vivos a los niños", le dijo a BBC Mundo el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad que coordina la búsqueda de los niños.
Sin embargo, desde el pasado viernes, cuando se encontró una huella, no se han hallado más rastros de los menores.
Los familiares e indígenas que habitan la zona confían en las habilidades de los niños para sobrevivir en medio de la selva.
"Los niños para nosotros están vivos. La madre naturaleza es un ser vivo, es un ser que tiene su gente allí dentro. Lo que nosotros hemos analizado desde nuestra organización es que la selva los tiene absorbidos como por principio. Podemos creer que la madre naturaleza los tiene, pero ella misma les está dando el sustento para poder sobrevivir a esa situación", le dijo a los medios locales Miguel Romario, miembro del resguardo indígena Jirijiri de Putumayo.
Este martes el presidente Petro volvió a referirse a la situación de los menores y la confusión con sus mensajes en las redes sociales, señalando que se trató de una mala comunicación con el ICBF.
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