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Soldados y rescatistas tratan de llegar a localidades remotas devastadas por el sismo en Marruecos

Naciones Unidas estima que unas 300 mil personas se vieron afectadas por el sismo de magnitud 6.8 del viernes por la noche, que resultó especialmente dañino debido a su relativa poca profundidad

Trabajadores de rescate en acción durante una operación de búsqueda tras un poderoso terremoto en la aldea de Talat Talat N'Yaaqoub, al sur de Marrakech. Foto: EFE
11/09/2023 |08:11
AP
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.- Soldados marroquíes y equipos de ayuda en camiones y helicópteros trataban de llegar a localidades remotas de montaña devastadas por un enorme terremoto que mató a más de 2 mil 400 personas, mientras sobrevivientes desesperados buscaban ayuda para seres queridos que temían se hubieran quedado atrapados bajo los escombros.

Por ahora, las autoridades marroquíes sólo han aceptado ofertas de ayuda de los gobiernos de cuatro países: España, Qatar, Gran Bretaña y Emiratos Árabes Unidos, y algunos equipos extranjeros de ayuda dijeron que estaban esperando a recibir autorización para desplegarse. El Ministerio marroquí del Interior dijo que las autoridades querían evitar una falta de coordinación que pudiera resultar “contraproducente”.

Naciones Unidas estima que unas 300 mil personas se vieron afectadas por el sismo de magnitud 6.8 del viernes por la noche, que resultó especialmente dañino debido a su relativa poca profundidad.

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La mayoría de la destrucción y las muertes fueron en la provincia de Al Haouz, en las montañas del Alto Atlas, donde las casas se vinieron abajo y las estrechas y serpenteantes carreteras quedaron bloqueadas por los derrumbes. En ocasiones, los vecinos tuvieron que retirar ellos mismos las rocas.

La gente vitoreó cuando camiones llenos de soldados llegaron el domingo a la localidad de Amizmiz. Pero pidieron más ayuda.

“Es una catástrofe”, dijo el residente Salah Ancheu en la localidad, donde el minarete de una mezquita y varias viviendas en las laderas de la montaña se derrumbaron.

“No sabemos qué nos depara el futuro. La ayuda sigue siendo insuficiente”, dijo el hombre de 28 años.

Unidades militares se desplegaron el lunes por una calle pavimentada que llegaba de Amizmiz a pueblos más remotos en la montaña. Se estaban empleando topadoras y otro equipamiento para despejar las rutas, indicó la agencia estatal de noticias MAP. Turistas y vecinos hacían fila para donar sangre. En algunos pueblos, la gente lloraba mientras chicos y policías con cascos trasladaban a los muertos.

Han llegado ofrecimientos de apoyo de todas partes del mundo. Unos 100 equipos, que en total cuentan con 3 mil 500 rescatistas, están registrados en una plataforma de la y listos para desplegarse en el país africano cuando se les solicite, según Rescatistas Sin Fronteras.

Un equipo español de búsqueda y rescate llegó a Marrakech y se dirigía a la localidad rural de Talat N’Yaaqoub, según la Unidad Militar de Emergencias española. Gran Bretaña envió un equipo de 60 personas con cuatro perros, personal médico, dispositivos de escucha y material para cortar concreto.

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Pero otros equipos extranjeros que estaban listos para ponerse en marcha expresaron su frustración porque no podían intervenir sin autorización del gobierno. Alemania tenía un equipo de más de 50 rescatistas esperando cerca del Aeropuerto de Colonia-Bonn, pero los envió a casa, según la agencia de noticias dpa.

Francia, que tiene muchos lazos con Marruecos, dijo que cuatro de sus ciudadanos habían muerto en el sismo e indicó el lunes que las autoridades en el país norteafricano estudiaban las propuestas caso a caso.

Las banderas ondeaban a media asta después de que el rey, Mohamed VI, declarase tres días de luto nacional a partir del domingo. Pero no había mucho tiempo para el duelo mientras los sobrevivientes trataban de salvar lo que pudieran de sus casas dañadas.

Khadija Fairouje tenía el rostro hinchado por el llanto cuando se sumó a sus parientes y vecinos para cargar sus posesiones por calles salpicadas de rocas. Menos de 48 horas antes, había perdido a su hija y tres nietos de entre 4 y 11 años cuando su casa se derrumbó cuando dormían.

“No queda nada. Todo se hundió”, dijo su hermana, Hafida Fairouje.

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