Legisladores de varios partidos nacionalistas y de izquierda, incluido el socio del Gobierno español, se desmarcaron de la postura oficial y acudirán a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, en medio del la crisis diplomática entre ambos países abierta por la exclusión del rey Felipe VI a la investidura.
El Gobierno español decidió no asistir a la ceremonia de investidura de Sheinbaum, después de que la presidenta electa vetara al rey por no responder a una carta en la su antecesor y padrino político, Andrés Manuel López Obrador, reclamaba en 2019 al monarca una disculpa por los errores de la conquista.
Los legisladores que viajarán a México militan en Sumar -socio del Gobierno socialista-; EH Bildu, nacionalistas vascos; BNG, nacionalistas gallegos, y Podemos, antiguo aliado del Ejecutivo.
El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, admitió su malestar cuando hay una posición "oficial" del Ejecutivo de no acudir a la ceremonia tras el veto al rey.
López defendió la coherencia de la postura de España porque "no se puede rechazar la presencia del jefe de Estado" y, por tanto, lo que ha hecho el Gobierno "es actuar en consecuencia".
Sobre el tema también se pronunció la ministra española de Vivienda, Isabel Rodríguez, que expresó su respeto al papel de los grupos parlamentarios y a "la libertad que tienen para ejercer la representación del pueblo español como consideren oportuno".
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En parecidos términos, el ministro español de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, apuntó que lo que hagan las formaciones políticas "son cuestiones partidarias".
Gerardo Pisarello, diputado de Sumar que viajará a México, justificó su asistencia señalando que no tiene ningún sentido causar "un nuevo desaire" no acudiendo a este acto porque eso supondría "dificultar las relaciones en lugar de contribuir a resolverlas".
La derecha ve "lógica" la ausencia de España
Mientras, el líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo, consideró "lógica" la decisión del Gobierno español y censuró "la falta de respeto a nuestro país" por parte del Ejecutivo entrante mexicano porque no invitar a Felipe VI es una "provocación inaceptable entre dos países que a pesar de ellos, seguirán siendo hermanos en el futuro".
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En medio de la polémica, el dirigente regional socialista Emiliano García-Page rememoró este jueves una reunión que mantuvo con López Obrador cuando este era gobernador de México DF, en la que dijo: "Odio a los españoles y odio a España. Nunca viajaré a España".
Tras décadas de sintonía, el nuevo desencuentro entre México y Madrid agudiza el progresivo deterioro de las relaciones bilaterales que marcó la legislatura de López Obrador que concluirá el 1 de octubre con la toma de posesión de Sheinbaum.
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