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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ayer que los kurdos, exaliados de la Unión Americana en la lucha contra el Estado Islámico, “no son ángeles”, en un nuevo episodio de su intento de desmarcarse del caos que se ha generado en el noreste de Siria tras su decisión de retirar las tropas estadounidenses de la región y dar vía libre a Turquía para invadirla.
En ese sentido, acusó al PKK, un grupo de milicias nacionalistas kurdas, de ser “peor que el Estado Islámico”. Insistió en su idea de que EU no tiene que “involucrarse en una guerra entre Turquía y Siria”, que “hay que dejar que peleen sus propias guerras”, y negó que Washington tenga que poner de su parte porque es un problema que no le atañe.
Las decisiones de los últimos días sobre este tema ha creado una crisis política en Washington. Ayer la Cámara de Representantes aprobó por amplia mayoría (354-60, incluidos más de un centenar de republicanos) una resolución condenatoria de la retirada de tropas.
Horas después, los principales líderes legislativos estaban citados en la Casa Blanca para hablar del asunto, una reunión que acabó con insultos y desplantes. El presidente llamó “política de tercer nivel” a la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, lo que hizo que los opositores al mandatario se levantaran de la mesa.
“Fue insultante, especialmente con la presidenta [de la Cámara]”, dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien definió la reunión más como una “diatriba asquerosa” que un diálogo.
Pelosi explicó que el presidente sufrió lo que definió como un “colapso”, enfurecido por el voto en el Capitolio que le dejó “perturbado”. “Rezo por su salud, porque fue un colapso muy serio”, insistió la líder demócrata.
Según las filtraciones de lo que pasó en la reunión, Trump denigró a su exsecretario de Defensa, mientras Pelosi lo acusaba de forma velada de favorecer a Rusia con sus decisiones. La Casa Blanca reviró las acusaciones, al asegurar que Trump fue “comedido” y el propio mandatario dijo que “¡Pelosi necesita ayuda rápido! O tiene algún problema ‘en el piso de arriba’ [en su cabeza] o no quiere a nuestro gran país... ¡Recen por ella, es una persona muy enferma!”.
Según los reportes, Trump se vanaglorió de una carta que mandó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tres días después del anuncio del anuncio de retirada de tropas. “¡No seas duro! ¡No seas tonto!”, dijo el estadounidense al turco en la misiva cuya autenticidad tuvo que avalar la Casa Blanca. “Si no pasan cosas buenas, pasarás a la historia como un demonio”, trataba de convencer.
Al mismo momento que se hacía pública la carta, el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo, iniciaron su viaje relámpago a Ankara para calmar los ánimos. “Nuestra misión es ver si podemos llegar a un alto el fuego”, informó el jefe diplomático. Un alto el fuego que, si no se consigue, obligará a EU a ampliar las sanciones contra dirigentes turcos, dijo el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin.