En América Latina y el Caribe, cuatro de cada cinco embarazos de madres adolescentes —jóvenes entre los 15 y los 19 años— no son planeados, es decir, solamente uno ha sido buscado conscientemente.

Esta cifra no sólo revela la situación en la que están las niñas y adolescentes en la región (se estiman en 54 millones 694 mil entre los 10 y los 19 años), sino que también son la muestra de una de las más graves desigualdades que hay en América Latina.

El tema es abordado en el informe del Estado de la Población Mundial “Mundos aparte: la salud y los derechos reproductivos en tiempos de desigualdad”, que el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) presenta hoy en Londres.

El documento, que analiza las inequidades de género en el mundo, recoge los resultados de encuestas realizadas en 2016 y en periodos anteriores a mujeres de entre 20 y 24 años en los países de todas las regiones.

Si bien el documento reconoce que, en general, hay avances en la región, también alerta sobre datos preocupantes como el que se desprende de dos encuestas consecutivas que ponen a América Latina y el Caribe como la única área del mundo donde los nacimientos entre madres menores de 15 años aumentaron cerca de 10%.

Para el informe, en la región se mantiene una deuda histórica con las mujeres y las niñas. Y el problema va más allá de la condición de pobreza de las familias, porque —señala— tiene que ver con políticas públicas que reconozcan realmente sus derechos sexuales y reproductivos.

La vulneración de estos derechos es lo que, según el Fondo de Población, genera impedimentos para que la mujer pueda acceder a la educación, una relación de pareja respetuosa, un trabajo con remuneración digna y limita su posibilidad de decidir cuándo tener hijos y cuántos.

Esa es la tragedia que viven miles de mujeres en América Latina y el Caribe que terminan excluidas social y económicamente y, además, heredando esa situación a los hijos, lo que se vuelve un círculo vicioso.

Sin acceso a anticonceptivos. Según Federico Tobar, asesor regional de Aseguramiento de Insumos de Salud Reproductiva para América Latina y el Caribe de la Unfpa, una forma de desconocer los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas es el hecho de que desde hace más de 30 años, con algunas excepciones, los programas de planificación familiar se concentran en las mujeres casadas y no en adolescentes.

Esta situación se evidencia también en países en donde si bien tienen sistemas de seguridad social que cubren los anticonceptivos, estos no son suministrados a las jóvenes, muchas de las cuales no tienen una pareja estable y con frecuencia son víctimas de violencia sexual.

Sorprende también que hay naciones donde sólo acceden a los métodos de planificación modernos quienes están en los niveles socioeconómicos bajos, porque son cubiertos por los sistemas de seguridad social, aunque aquellas que están en niveles medios sólo pueden tenerlos si los compran. En muchas ocasiones, la mujer se enfrenta al dilema de adquirirlos o cubrir otros gastos.

En el caso de las adolescentes que quedan en embarazo (en 2016 hubo unos 3.6 millones, según datos del Instituto Guttmacher), con frecuencia ese estado es ocultado. Si no son madres solteras, pueden acceder a casarse o a vivir en unión libre.

Este es un fenómeno en el que América Latina y el Caribe también superan los índices del mundo (con 27%, excluyendo a China). En las menores de 15 años, con 7%, el matrimonio es ligeramente menor que la media mundial (de 8%).

Esas adolescentes, explica Tobar, tienen menos controles prenatales que las mujeres adultas y, por tanto, están más expuestas a complicaciones en la salud (durante el embarazo, el parto y el posparto) o a fallecer. Ese riesgo es mayor entre las menores de 15 años, para quienes el riesgo de muerte en el embarazo es cuatro veces el de las jóvenes de 15 a 19 años.

Entre las niñas y jóvenes, es preocupante que casi cuatro de cada 10 embarazos terminaron en abortos, en su mayoría clandestinos e inseguros. En total, el Fondo calcula que en la región se presentaron 1.4 millones de abortos en adolescentes en 2016, una situación que revela un grave problema de salud pública.

El informe destaca que 90% de las causas de muertes maternas en América Latina son evitables a través de intervenciones de bajo costo y con prevención, a las que las poblaciones con mayor exclusión no acceden.

Sin planear, 80% del embarazo adolescente
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