Bruselas.— Desde la comodidad de su hogar, el doctor holandés De Meijer, de 93 años de edad, se enteró cuándo, en dónde y a qué hora recibiría la vacuna contra Covid-19.
Lo mismo ocurrió con Elodie, de 88 años; Wim, de 86 años; Mary-Roos, de 83 años; Francoise, de 82 años, y Bruno, de 81 años, quienes recibieron en los últimos 15 días el fármaco en su brazo sin necesidad de hacer fila, tener contacto con personal no capacitado o experimentar algún tipo de desconcierto provocado por el programa de vacunación.
En Holanda, la aplicación del biológico se está llevan a cabo bajo un guion que no da margen para la improvisación y que involucra exclusivamente a personal médico profesional.
La nación naranja fue la última de los socios de la Unión Europea (UE) en arrancar con la vacunación en el Viejo Continente, el 6 de enero; no obstante la demora, va al corriente en el calendario establecido, aunque entre la opinión pública local hay quienes aseguran que el proceso podría ir más rápido.
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El plan es concreto: para abril, todas las personas mayores de 70 años y aquellas con indicación médica o problemas de movilidad habrán recibido la vacuna, junto con toda la planilla médica del país. A partir de mayo, arrancará la vacunación de las personas sanas de menos de 60 años hasta los 18.
Durante el primer trimestre, Holanda espera recibir 7.6 millones de vacunas y para los tres meses siguientes otras 19 millones de dosis. En total, para este año los pedidos ascienden a 61 millones de dosis para una población de 17 millones. Otras 8.1 de vacunas están apartadas para el primer trimestre de 2022.
Los contratos se han celebrado con seis fabricantes, tres ya recibieron luz verde de la autoridad sanitaria europea (EMA, por sus siglas en inglés), Pfizer-BioNTech, Oxford-AstraZeneca, Moderna; mientras que el resto están en desarrollo, Johnson & Johnson, Sanofi y CureVac.
El programa es coordinado por el Ministerio de Salud y ejecutado por los Servicios de Salud Municipal, instancias descentralizadas. No hay espacio para el turismo de vacuna, para recibir la dosis es necesario presentar el número de servicio al ciudadano, una clave personal que todos los habitantes de Holanda tienen para gestionar trámites con el gobierno, como pago de impuestos, licencia de conducir y documento de identidad.
El proceso para recibir el antídoto inicia con una carta enviada por el Ministerio de Salud al domicilio del ciudadano interesado en la que se lee: “A través de la misiva le invitamos a ponerse la vacuna contra el coronavirus (...) Las personas que corren riesgo de enfermarse de manera severa por Covid-19, pueden vacunarse primero. Usted es elegible por su edad”.
La correspondencia va acompañada de un folleto didáctico explicando qué es el coronavirus, cómo la vacuna protege ante la enfermedad, así como informa sobre la seguridad del fármaco.
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También incluyen un formulario médico que deberá presentarse el día de la vacunación. En el papel hay preguntas sobre el coronavirus, así como la condición médica.
“¿Ha dado positivo al coronavirus en las últimas cuatro semanas? ¿Se encuentra actualmente en cuarentena por la corona? ¿Usa diluyentes sanguíneos? ¿Tiene o ha tenido cáncer de pecho? ¿Ha experimentado anteriormente alguna alérgica grave?”.
Una vez con la invitación oficial en mano, la persona procede a hacer la cita directamente con el Servicio de Salud Municipal (GGD, por sus siglas en neerlandés); es posible vía telefónica o digital; en la segunda alternativa el paciente recibe la confirmación por correo electrónico.
En los casos citados por este diario, se agendó la cita en menos de seis días a partir de contactar al GGD. Al llegar a la unidad médica, esperaron su turno unos 10 minutos, después permanecieron los 30 minutos reglamentarios bajo observación. Tras recibir la vacuna fue agendada inmediatamente la fecha de la segunda dosis.
El Instituto Nacional de Salud Pública tiene la facultad de seguir la evolución de la vacuna en cada uno de los casos, siempre y cuando la persona así lo autorice. La base de datos en construcción será crucial para decidir en el futuro, con base en evidencias científicas, si es posible o no levantar las medidas de distanciamiento social.