El vicepresidente, Mike Pence , dijo que si el presidente Donald Trump lo ordena, se sometería de inmediato a un detector de mentiras , como parte de las acciones para descubrir al autor o autora de una pieza editorial anónima crítica del mandatario y su administración.
Pence defendió además el pedido de Trump al Departamento de Justicia para que inicie una investigación con el propósito de descubrir la identidad de esa persona, y negó por adelantado sin tener certeza absoluta, la posibilidad de que él o ella pudieran ser parte del personal que sirve en su oficina.
“Estoy ciento por ciento seguro que nadie en el equipo del vicepresidente estuvo involucrado en este editorial anónimo. Conozco a mi gente”, dijo Pence durante una entrevista en el programa “Face The Nation” de la cadena CBS , difundida este domingo.
Pence dejó en claro que la suya es una sospecha debido a que hasta ahora no ha cuestionado a sus colaboradores al respecto.
“No tengo por qué preguntarles porque los conozco. Conozco su carácter y sé de su dedicación. Estoy absolutamente confiado de que nadie en el equipo del vicepresidente tiene algo que ver con esto”, insistió.
En una entrevista por separado en el programa “Fox News Sunday” , de la cadena homónima, Pence no pudo explicar las bases legales detrás del pedido hecho al Departamento de Justicia por el mandatario, sin aparentes bases legales de por medio.
“Vamos a saberlo, si hubo actividad criminal involucrada”, dijo sin detallar su comentario cuando fue presionado sobre la inexistencia de ilícito alguno, ya que la pieza editorial no reveló información clasificada o de otro tipo que no sea para su difusión pública.
Pence especuló que la preocupación de Trump deriva de la posibilidad de que esta persona pudiera tener responsabilidades relacionadas al ámbito de seguridad nacional, e intente impedir que promueva la agenda política para la cual fue electo.
En un artículo anónimo publicado el miércoles en el sitio de internet del diario The New York Times, un alto funcionario de la administración indicó que muchos más trabajan desde la Casa Blanca como parte de una “resistencia silenciosa” a Trump.
Aseguró que las políticas de Trump no son afines al Partido Republicano, que sus impulsos “son generalmente anti-comerciales y antidemocráticos”, y por ello muchos dentro de la Casa Blanca trabajan para preservar las instituciones democráticas y frustrar sus impulsos más dañinos “hasta que termine su mandato.
La Casa Blanca reaccionó casi de inmediato con una cruzada interna para identificar el autor y el mandatario hizo lo propio, aunque pareció ir más allá de su autoridad cuando pidió el viernes al Procurador General, Jeff Sessions, que inicie una investigación.
Trump no desestimó la posibilidad de una acción legal contra el diario derivada de su decisión de publicar la crítica pieza, ni tampoco someter a los funcionarios que trabajan en la Casa Blanca a pruebas con un detector de mentiras.
Al respecto, Pence dijo que si el mandatario lo pide, él lo haría “de inmediato”, calificando la pieza como “un asalto a la democracia” y “anti-estadunidense”, además de que renovó su pedido para que la persona responsable renuncie si no está de acuerdo con la manera de gobernar de Trump.
lsm