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Madrid.- A las autoridades españolas no les consta que Emilio Lozoya se encontrara enfermo antes de abandonar este jueves el país ibérico, ya que si hubiera manifestado que estaba indispuesto o hubiera tenido algún síntoma de enfermedad, habría sido conducido de inmediato a un hospital.
"El sistema español es garantista y si este señor hubiera estado indispuesto se le habría atendido médicamente, como a cualquier otro interno", señalaron a EL UNIVERSAL fuentes de Instituciones Penitenciarias.
Cuando una persona entra en prisión se le hace un reconocimiento médico completo, multidisciplinar. Si a su salida de la cárcel se encuentra mal o declara algún síntoma de enfermedad, se le deriva a un centro hospitalario de inmediato, agregan las fuentes.
Durante su estancia en prisión, el exdirector de Pemex tuvo todas las garantías para ser atendido por un médico en el supuesto de que así lo requiriera.
Cuando un recluso de un centro penitenciario español precisa atención médica se le presta de inmediato y, si procede, interviene un especialista.
La ley orgánica penitenciaria establece que un interno, además de ser examinado por los equipos médicos de la prisión, podrá solicitar a petición propia una consulta privada, la cual será costeada por el recluso.
Las leyes españolas también garantizan la privacidad de los internos, por lo que nunca se proporcionan datos sobre el estado de salud de los mismos.
Instituciones Penitenciarias desconocen si Lozoya fue sometido a revisión médica antes de abordar el avión de la Fiscalía General de la República (FGR) que lo trasladó a México, porque no es de su incumbencia.
La policía española tampoco lo confirma, porque asegura que escapa a sus competencias, que fueron las de trasladar a Lozoya desde la cárcel hasta el aeropuerto de Madrid-Barajas, para entregarlo a las autoridades mexicanas.
No obstante, la Policía Nacional señala que si el detenido hubiera manifestado tener algún tipo de molestia física durante su traslado, hubiera sido llevado de inmediato a un centro médico, como indica la normativa española.
En cualquier caso, un simple chequeo médico no hubiera bastado para detectar con exactitud la anemia de la que Lozoya fue diagnosticado cuando llegó a México y que, al parecer, no reportó durante su estadía en España.
hm