El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, urgió ayer a las autoridades locales del país a seguir el ejemplo de Miami-Dade de “castigar y no proteger” a los delincuentes, durante un discurso en esa ciudad en el que criticó a las autoridades de Chicago.

Ante decenas de policías locales, el fiscal arremetió contra las llamadas ciudades “santuario”, aquellas que se niegan a colaborar en programas para detener a indocumentados, entre ellas Chicago y San Francisco, a las cuales culpó de los delitos cometidos por inmigrantes.

Sessions lamentó que Chicago escogiera demandar este año al Departamento de Justicia por el recorte de fondos federales aplicado a “ciudades santuario” y dijo que esa ciudad prefirió tomar “una posición política” en lugar de garantizar la “seguridad” de la ciudadanía.

El fiscal rechazó que a principios del mes el alcalde de Chicago, el demócrata Rahm Emanuel, presentara una demanda contra su departamento por retener 3.2 millones de dólares destinados a equipar a sus policías en cumplimiento de la política de Donald Trump de reducir fondos federales a las jurisdicciones “santuario”·

Sessions reiteró que el gobierno no asignará recursos a “aquellas autoridades locales que no ofrezcan seguridad a sus ciudadanos” y recordó que el compromiso que él hizo con Trump fue “reducir el crimen en EU”.

En tanto, los Servicios de Inmigración y de Ciudadanía de EU publicaron un aviso anunciando la desaparición de una parte del programa Central American Minors Program (CAM), creado en 2014 para asistir a menores que huyen de la pobreza y violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras.

El cambio considera la eliminación del permiso temporal que se ofrecía a centroamericanos que cumplieran ciertos requisitos y que tras ese plazo en EU podían renovar. La condición de refugiado que ofrece CAM, sin embargo, sigue vigente.

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