Bogotá. La retención de unos 60 militares en el sureste de Colombia por más de 48 horas pone en riesgo la continuidad del cese al fuego acordado con un grupo armado disidente de las FARC, advirtió el ministro de Defensa, Iván Velásquez, el domingo.
Señaló que se trata del bloque Jorge Suárez Briceño, al que responsabilizó por el hecho en el que según las autoridades también participan campesinos de la zona. Esa facción forma parte del Estado Mayor Central una de las mayores disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los soldados fueron interceptados y retenidos la tarde del viernes cuando realizaban “acciones de control” en la zona colombiana de Guaviare por presuntos “miembros de las guardias campesinas” que, según las autoridades, son presionados por las disidencias para exigir el retiro de los uniformados. Unos 40 fueron liberados y 60 permanecen en el sitio, dijeron.
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La “continuidad del secuestro de los soldados en San José de Guaviare obligará a replantear el cese al fuego con el bloque Jorge Suárez Briceño”, escribió el ministro Velásquez en la red social X, antes Twitter.
Aseguró que la prórroga vigente hasta el 15 de octubre “se debe suspender si no existe real compromiso de parte de ese grupo ilegal”.
A mediados de julio, el gobierno declaró el fin del cese al fuego acordado con las disidencias del Estado Mayor Central por varios ataques a comunidades indígenas en el Cauca, Valle del Cauca y Nariño, en el suroeste del país. Sin embargo, prorrogó la medida hasta octubre con una facción que continúa en la mesa de negociación compuesta por 16 estructuras entre las cuales está el bloque Suárez Briceño.
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La Defensoría del Pueblo informó en X que las conversaciones continúan a fin de permitir “el libre tránsito” de los soldados y confirmó que el pedido es “la no presencia del Ejército en los lugares referidos al cese al fuego”. Sin embargo, solicitan atención en ese territorio “que históricamente ha sido víctima de grupos armados ilegales”, agregó esa institución.
Las tropas habían sido movilizadas en respuesta a las extorsiones realizadas a los comerciantes exigiéndoles cerrar sus negocios, según informó previamente la fuerza militar.
En octubre, 18 soldados fueron secuestrados por comuneros de la misma zona quienes exigían su retiro de la localidad.
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