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Bogotá.— El resultado de las elecciones de alcaldes y gobernadores celebradas el domingo en Colombia, en las que, con 55% de participación, las alcaldías de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla quedaron en manos de opositores o candidatos desligados al presidente izquierdista de Gustavo Petro, supone un revés para su gobierno.
“Se abre un nuevo escenario. Como presidente me relacionaré con todos los mandatarios locales”, aseguró Petro en X (antes Twitter), donde reafirmó lo que dijo el domingo tras conocer los resultados de las elecciones regionales.
El partido de Petro, el Pacto Histórico, consiguió el año pasado ser el más votado tanto para el Senado (donde logró 2.3 millones de votos) como para la Cámara de Representantes (más de 2.5 millones). Petro recibió sólo en Bogotá 2.2 millones de votos en la segunda vuelta.
Y si bien es cierto que el Pacto Histórico no presentó candidatos en todo el país, parte de esa fuerza se ha desvanecido sobre todo en Bogotá, donde su candidato a la alcaldía, el exsenador Gustavo Bolívar, cercano a Petro, quedó en tercer lugar con 571 mil 591 votos, apenas una cuarta parte de lo que consiguió el presidente el año pasado.
Más allá de la muestra de conciliación y voluntad de trabajo, Petro se defendió ayer en su cuenta de X, asegurando que “como dirigente de una fuerza política ahora gobernamos en nueve departamentos.
Además, el presidente dijo que “el avance de las fuerzas del Gobierno en el occidente de Colombia es gigantesco” y aseguró: “En sólo Nariño y Cauca se ganan las dos gobernaciones y 40 alcaldías”.
“El mapa de la victoria presidencial se mantiene con excepción de Barranquilla y Bogotá”, acabó el mandatario sin mencionar a Medellín, la segunda ciudad donde se impuso uno de sus mayores opositores, el excandidato presidencial Federico, Fico, Gutiérrez.
El mismo Gustavo Bolívar admitió el domingo que “el centralismo” los mató y aseguró que el movimiento de izquierdas debe reorganizarse. “Tenemos que recorrer el país y recoger los pedazos rotos del Pacto Histórico”, aseguró al reconocer su derrota.