San José. – El estado de salud de Gustavo Petro, primer presidente izquierdista de Colombia, atizó este mes el debate político colombiano con un expediente de dudas.
¿Sufre algún tipo de adicción o de problemas mentales el presidente del país al que Estados Unidos considera como “la piedra angular” de su política en América Latina y el Caribe?
La polémica emergió por reiteradas inasistencias de Petro a actos públicos y creció porque la política colombiano—francesa Ingrid Betancourt, excandidata a la Presidencia de Colombia, reveló a la revista Semana, de Bogotá, que siendo Petro diplomático en Bélgica, lo visitó en su casa en Bruselas y lo encontró desconectado de la realidad, por lo que ella quedó con sospechas: ¿licor, drogas, depresión?
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En una entrevista el domingo anterior con el magazín, Betancourt relató la escena en Bruselas, donde Petro fue secretario de la embajada de Colombia de 1994 a 1996.
“Petro no podía actuar con uno, él, simplemente, estaba ido, estirado en el suelo. Yo hablé con su entonces esposa, Mary Luz Herrán, vi a sus niños pequeños, eran muy chiquititos, debían tener tres añitos, ellos corrían por toda la casa porque era una visita privada. Me imagino que para los pequeños era normal, porque saltaban encima del hoy presidente, daban vueltas”, narró.
“La esposa, apenada, diciendo: ‘Bueno, qué pena con ustedes, los estábamos esperando, pero no ha reaccionado. Vuelvan más tarde’. Y eso fue así. Yo, por eso, creo que el país debe tomar consciencia. Este no es un comportamiento excepcional (...). Para mí fue sorprendente, mas no incómodo porque no conocía a Petro, lo iba a conocer y lo encontré en ese estado”, recordó.
Tras insistir en que “no sé si son temas depresivos o de adicción. Uno lo único que hace cuando está al frente de una situación de estas es observar un comportamiento”, planteó: “Uno dice, en pleno día, una persona que tiene que ir a trabajar y que no está laborando, que está acostado, tirado en el suelo, en su apartamento en Bruselas, y uno no sabe por qué, simplemente uno dice, esto no es normal”.
“Y de ahí, uno puede especular: ¿qué le pasó? ¿Estaba depresivo? ¿Tomó mucho licor la noche anterior? El problema es que esto es repetitivo. Ahí es cuando los colombianos tienen derecho a las explicaciones. El Congreso (de Colombia) es quien, en primera línea, debe pedir explicaciones. A final de cuentas, cualquier ciudadano tiene la posibilidad de tutelar este tipo de conductas”, sugirió.
Petro minimizó ese relato, se burló de Betancourt y negó tener adicciones y depresiones.
“Ingrid es una de las personas que no me hubiera gustado conocer en mi vida. Hice un gran esfuerzo por ayudar en su liberación por mis propios principios morales, le di hospitalidad en mi propia casa, pero de ella no recibo sino su calumnia. Una actitud así solo puede provenir de una mala persona”, tuiteó el lunes.
En una entrevista que W Radio, de Colombia, publicó el 27 de este mes, aseguró que “eso que cuenta Ingrid son mentiras”.
Pero el colombiano Carlos Alonso Lucio, compañero sentimental en esa época de Betancourt, excongresista y exguerrillero de la ya disuelta insurgencia izquierdista del Movimiento 19 de Abril (M-19), reconfirmó el 28 la versión que la exaspirante presidencial dio a Semana. Con el seudónimo guerrillero de “Aureliano”, Petro militó de 1981 a 1990 el M—19.
Como integrantes, de 1994 a 1998, de la Cámara de Representantes de Colombia. Betancourt y Lucio visitaron juntos a Petro en Bruselas. Betancourt fue secuestrada de 2002 a 2008 por la ya disuelta guerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Sí, lo que cuenta Ingrid Betancourt del episodio es real, es cierto; yo también vi a Gustavo Petro, estaba allí, lo que ella cuenta es totalmente cierto”, rememoró Lucio sobre lo que presenció con su pareja en el apartamento en la capital belga de Petro, Herrán (segunda de sus tres esposas) y Andrea y Andrés, hijos de ese matrimonio de 1992 a 2000 (tres hijos más)
“(Petro) estaba totalmente desconectado de la conciencia y sencillamente nos fuimos”, recalcó.
Al respecto, el mandatario declaró a W Radio que “a mí no me gustó porque (Betancourt) llegaba con Lucio, eran novios en ese momento, me rompieron una cama (risas). Entonces Ingrid está completamente equivocada. No sé por qué hizo eso. Y quedó como un chisme”.
Ante ese comentario, Lucio contestó en Semana: “Es una bajeza, una respuesta machista. Uno no le responde a una mujer, a una señora, a una dama de esa manera. Es una cosa machista e impresentable. Ingrid Betancourt es una mujer respetable, eso es tremendamente irrespetuoso, machista y bajo. Eso no lo hace un hombre decente ni mucho menos un presidente de la República decente”.
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El abogado y socio—economista colombiano Rafael Nieto, exviceministro del Interior y de Justicia de Colombia, precisó a EL UNIVERSAL que “en lo que Petro lleva de gobierno (asumió el 7 de agosto de 2022), ha cancelado en 87 ocasiones su asistencia a eventos a los que confirmó que llegaría”.
“¿Por qué con tanta frecuencia Petro cancela sus actividades? Podría tener depresión o una adicción. En campaña electoral (en 2022) estuvo borracho en tarima pública. Él eso lo reconoció. Pero se presume que tenga una adicción a otras drogas”, puntualizó.
Al destacar que “la posibilidad de que el presidente sea consumidor habitual de drogas está abierta por dos episodios”, describió que “Petro contó en su libro (‘Una vida, muchas vidas’, Editorial Planeta, Colombia, 2021) que desde su época en Bruselas ha explorado con drogas”.
“El otro episodio es que, en conversaciones privadas de sus allegados, (el político y comunicador colombiano) Armando Benedetti, mano derecha de Petro en campaña de 2022 y exembajador (de Petro) en Venezuela, confesó que si él (Benedetti) tiene problema con la cocaína, también lo tiene ‘el jefe’… es decir Petro”, aclaró.
La discusión, aseveró, “está abierta en Colombia: ya hay partidos políticos opositores que han pedido un examen médico de Petro”.