Washington.— Paul Manafort, el ex jefe de la campaña del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, buscó utilizar su cercanía al magnate para aliviar su situación financiera y conseguir préstamos, según relató el que fuera alto cargo de su equipo, Rick Gates, testigo clave en el primer juicio en el marco del caso Rusiagate.
Manafort intentó aprovecharse de su puesto para que un banquero, que le concedió un crédito, entrara a formar parte de la Administración de Trump tras su triunfo en las elecciones de 2016, de acuerdo con los detalles aportados por Gates, de 46 años de edad y quien fue el “número dos” de la campaña del actual mandatario.
Documentos presentados por Gates a los investigadores incluyen correos electrónicos en los que Manafort le pidió invitaciones para el acto de toma de posesión del magnate para varias personas,, incluido dicho directivo de la banca.
Los hechos se conocieron en uno de los primeros momentos en los que el nombre del presidente y su campaña fueron específicamente nombrados durante el juicio contra su antiguo estratega.
El testigo, que siguió trabajando para Trump tras la salida de Manafort, relató las artimañas realizadas junto y en beneficio de su jefe en los supuestos fraudes fiscal y bancario por los que está siendo juzgado en la investigación de la trama rusa.
Manafort se vio obligado a renunciar como jefe de campaña luego de que se reveló que recibió 12.7 millones de dólares por asesorar al ex presidente prorruso de Ucrania Víktor Yanukóvich.
Durante el segundo día de testimonio de Gates en el juicio, que se celebra en la corte federal del Distrito Este de Virginia, se explicaron las diversas maniobras empleadas por ambos en los supuestos fraudes fiscales y bancarios que el propio ex socio de Manafort ha admitido.
Gates explicó cómo los ucranianos depositaron millones de dólares y euros en más de una docena de cuentas en Chipre, que no fueron reportados al Servicio de Impuestos Internos.
También le dijo a la corte que Manafort frecuentemente pagaba por ropa, paisajismo y otros gastos personales utilizando transferencias bancarias directamente de sus cuentas en Chipre y otras en San Vicente y las Granadinas.
Gates también dijo haberse hecho “pagos no autorizados” a sí mismo de las cuentas de las Granadinas.
La defensa atacó la credibilidad de Gates, al que busca retratar como cabecilla de los fraudes, y logró que el testigo confesara una relación extramatrimonial.
Manafort y Gates se entregaron al FBI el 30 de octubre de 2017 y se declararon no culpables de los cargos que presentó en su contra el fiscal especial Robert Mueller, quien investiga los supuestos lazos entre Rusia y la campaña de Trump.
En febrero Gates traicionó a su ex jefe al firmar una declaración de culpabilidad y acceder a colaborar con Mueller.