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Caracas/París.— Marchas multitudinarias conmemoraron este lunes el Día del Trabajo, con reclamos, desde “no a salarios de indigencia”, “no al exterminio” y “no al trabajo esclavo”, hasta “no a la reforma de pensiones”.
Cientos de miles de franceses salieron a las calles para expresar su rechazo a la reforma de pensiones. De acuerdo con la Confederación General del Trabajo, en todo el país se manifestaron 2.3 millones de personas, aunque el Ministerio del Interior cifró la participación en 782 mil.
En Nantes, Lyon, Toulouse y principalmente en París se desataron altercados entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad. En la capital, grupos radicales reventaron escaparates y vitrinas de comercios o entidades financieras y quemaron contenedores y todo tipo de mobiliario urbano. Al menos 108 agentes resultaron heridos, uno de ellos con quemaduras graves, y se registraron unas 291 detenciones.
Para intentar contener los incidentes, las fuerzas del orden habían desplegado ayer a 12 mil agentes en toda Francia, 5 mil de ellos en París.
“Es un gran 1 de mayo. No es el final de la lucha, es la protesta del mundo del trabajo contra esta reforma”, subrayó el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger.
“No se trata de preservar las jubilaciones en Francia, sino en todo el mundo. La gente debería poder jubilarse dignamente”, dijo David Huerta, de 56 años, representante del sindicato estadounidense del sector servicios SEIU-USWW. La reforma retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030.
En Italia, los sindicatos se manifestaron en el primer Día del Trabajo bajo el gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni, a quien reclamaron por realizar un Consejo de Ministros ignorando la fecha y por aprobar un decreto de ley que reduce sólo hasta fines de año la carga impositiva a determinados sueldos.
En Venezuela, unos mil 500 trabajadores, entre activos y jubilados de la administración pública, exigieron un incremento y la dolarización de sus “salarios de indigencia”, pulverizados por la rampante inflación.
“Firma el contrato... en dólares”, cantaba un grupo de los manifestantes al ritmo de guaracha con charrasca y tambores, que intentó marchar hasta la Fiscalía General, pero la policía bloqueó el camino. “Pobreza crítica. Salarios de indigencia. No al exterminio”, se leía en una de las pancartas. “Juntos por un salario digno”, “No es bloqueo, es saqueo”.
Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro descartó aumentar el salario mínimo equivalente a 5.25 dólares, el más bajo de América Latina, aunque anunció bonificaciones mensuales “de guerra” por 60 dólares.
En Chile, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, pidió al Parlamento “acelerar” la discusión de un proyecto que busca aumentar de manera gradual el salario mínimo hasta los 500 mil pesos (cerca de 620 dólares al cambio de hoy) en julio de 2024.
“Nos habría gustado tener la ley publicada este 1 de mayo, pero esto tiene sus tiempos y el debate en el Parlamento enriquece los proyectos”, añadió Jara durante la marcha por el 1 de mayo, que transcurrió pacíficamente en su gran mayoría, aunque se registraron algunos incidentes al final y hubo al menos ocho detenidos.
En Costa Rica, miles de trabajadores marcharon para exigir mejores salarios, trabajo digno y para rechazar un proyecto de ley que cambia jornadas laborales y que analiza el Congreso para su votación en los próximos días.
El secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP), Albino Vargas, calificó como “increíble” que Costa Rica esté cerca de aprobar por ley jornadas laborales de 12 horas en contra de las conquistas históricas de los trabajadores.
En Corea del Sur, decenas de miles de personas asistieron a varias marchas, en el 1 de mayo más concurrido desde el inicio de la pandemia a principios de 2020. “El precio de todo se ha incrementado salvo por nuestros salarios. ¡Suban nuestros salarios mínimos!”, exclamó un activista en el escenario de una marcha de Seúl. “¡Reduzcan nuestras horas de trabajo!”, reclamó.
En Nueva York, Estados Unidos, cientos de trabajadores, en su mayoría migrantes latinos, recorrieron las calles del bajo Manhattan reclamando mejores condiciones laborales y de salarios, derecho a empleo para indocumentados, que se legalice el trabajo sexual y respeto.