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En su pequeño apartamento de San Petersburgo, la artista Elena Osipova, de 76 años, me muestra los carteles que ha hecho contra la guerra.
En uno escribió: "Putin es guerra. No queremos morir por Putin".
Otro representa al presidente de Rusia como el diablo, con los cuernos de Satanás.
Elena me cuenta que tras el ataque ruso a Ucrania estaba tan consternada que no comió durante tres días. Luego, llena de ira, salió a las calles a protestar.
Una pequeña multitud la había aplaudido, coreando: "¡No a la guerra!"
Poco después dos policías tomaron a Elena por los brazos y se la llevaron.
La policía aún no le ha devuelto uno de sus carteles. Ella me describe cómo era: "Me habían dado unos tulipanes rojos, hermosas flores jóvenes. Pero muy rápido murieron y se marchitaron. Me recordaron a los jóvenes que caen en sus tumbas".
"Así que hice un cartel y escribí que los jóvenes estaban siendo enviados a su muerte. Y en otro cartel apelé a los soldados rusos: 'Bajen sus armas y serán héroes'".
Al otro lado de la ciudad, un grupo llamado "Madres de Soldados de San Petersburgo" está operando una línea telefónica de ayuda.
Las madres llaman preocupadas por sus hijos reclutas, algunos de los cuales ya están luchando en Ucrania.
Muchas madres piden desesperadamente ayuda para traer a sus hijos a casa. El grupo recibió muchas llamadas, pero también ha habido mucha presión desde arriba. Olga era miembro del grupo de madres y me dijo que fueron obligadas a clausurarlo.
"Las autoridades prefieren encubrir las cosas, darle a la sociedad una imagen falsa de que todo está bien en el ejército. Quieren que las madres de los soldados tengan paciencia y guarden silencio", señaló.
En San Petersburgo y en toda Rusia, las autoridades están tratando de obtener apoyo para lo que hace el ejército ruso en Ucrania.
El departamento de prensa de la Policía de San Petersburgo ha estado muy atareado. Ha venido realizando una serie de videos con una banda sonora triunfal en respaldo a las fuerzas de Rusia en Ucrania.
En uno de los videos se ve a agentes antidisturbios que entrelazan sus brazos con gente en la calle. La cámara se aleja luego para revelar que la multitud ha formado la letra Z.
Ese símbolo está pintado en muchos de los vehículos militares rusos en Ucrania y es usado para mostrar apoyo a la ofensiva del Kremlin.
Hay muchos rusos que sí la apoyan y que, por ahora, creen lo que dicen los medios estatales aquí: que Rusia tiene razón.
Fuera del famoso Museo del Hermitage, me detengo para hablar con Nadezhda, que ha salido a dar un paseo.
Ella me dice: "Amo a mi patria y confío en mi presidente, y si crees que Occidente puede asustarnos con sanciones, te equivocas. Los rusos no tienen miedo al frío ni al hambre".
De regreso en el piso de Elena Osipova, la artista afirma que nunca aceptará que lo que Rusia está haciendo en Ucrania es correcto.
"Lo que está pasando es una vergüenza. Están matando a tanta gente. Las autoridades están tratando de despertar sentimientos patrióticos en el público. Pero todo es un engaño. Y muchos son embaucados por la propaganda que se ha divulgado durante años y que ha cambiado a la gente. Es terrible."
En los últimos años los rusos han conocido muchas guerras.
La guerra soviética en Afganistán, dos guerras en Chechenia, el ejército ruso involucrándose en la guerra en Siria. Y ahora Ucrania. El Kremlin insiste en que sus tropas allí están realizando una operación militar especial.
Pero la mayor parte del mundo conoce esta ofensiva como la guerra de Rusia.
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