Rusia protestó ayer en la sede de Naciones Unidas (ONU) por el ataque llevado a cabo en Siria por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, una acción que calificó de “deplorable”, pero que Washington justificó diciendo que se trató de una operación de “autodefensa”.

El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, afirmó que los ataques contra las fuerzas leales al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad, que de acuerdo con algunas versiones dejaron más de 100 muertos en la provincia de Deir Ezzor, son “criminales” e “inadmisibles, sean cuales sean las razones esgrimidas”.

Agregó que le advirtió a Estados Unidos que estaba “ilegalmente en Siria. No fueron invitados”. Los estadounidenses “afirman que combaten al terrorismo internacional pero hemos visto que va más allá”, señaló Nebenzia. “Atacar a aquellos que combaten al terrorismo internacional en el terreno en Siria es criminal”.

El asunto fue discutido durante una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad, en la que los 15 países analizaron los últimos acontecimientos en el conflicto sirio.

La coalición defendió que la acción fue en respuesta a una agresión contra sus aliados en la misma provincia de Deir Ezzor, en el noreste de Siria, y que se mantuvo a Rusia informada. “Fue en defensa propia”, alegó el secretario estadounidense de Defensa, James Mattis, a los periodistas en el Pentágono. “No nos estamos comprometiendo en la guerra civil siria”, subrayó.

“Por razones que ignoro, fuerzas prosirias —y realmente no veo ninguna explicación de esos actos— se dirigieron hacia las posiciones de las Fuerzas Democráticas sirias, donde se encontraban soldados de las fuerzas especiales estadounidenses”, afirmó. Las fuerzas progubernamentales “comenzaron a bombardearlos con fuego de artillería... aproximándose tanques”, relató. “Al término de nuestra operación para defendernos, su artillería estaba destruida, dos de sus tanques fueron destruidos y hubo muertos”, siguió, sin dar una cifra.

El comando estadounidense contactó a su homólogo ruso en el lugar para evitar una escalada y “los rusos nos dijeron que no tenían a nadie allí”, continuó Mattis.

En la cita en la ONU, los 15 países del Consejo discutieron además el llamado a una tregua de al menos un mes lanzado esta semana por los servicios humanitarios de la ONU ante el deterioro de la situación en varias zonas sirias. Sin embargo, no alcanzaron ningún acuerdo sobre el tema.

Alarman bombardeos en Guta. Países como Francia denunciaron nuevamente la ofensiva del gobierno de Al-Assad sobre los bastiones opositores de Idlib y Guta Oriental. En esta última zona se reporta la muerte de más de 220 civiles tras cuatro días de ataques.

“El régimen sirio sigue bombardeando y asediando a su propia población. Idlib está en camino de ser un nuevo Aleppo. Guta Oriental sufre un asedio de estilo medieval que es totalmente inaceptable”, dijo a los periodistas el embajador francés ante la ONU, François Delattre.

La ONU también expresó su preocupación por los combates en Guta Oriental y el impacto que están teniendo en los cerca de 400 mil civiles que viven allí.

“La violencia no da señales de rebajarse”, advirtió en un comunicado la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta F. Fore, quien se sumó a los llamamientos a una pausa humanitaria.

“Sólo en Guta Oriental, cientos de niños necesitan evacuación médica urgente. Cuatro años de asedio han deshecho la sanidad y otros servicios básicos”, añadió.

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