Moscú.— El 77.02% de los rusos, según datos preliminares, aprobaron ayer una reforma constitucional del presidente Vladimir Putin, que para sus detractores busca perpetuar su control sobre Rusia después de veinte años en el poder.
Los resultados preliminares se basan en los datos de 61% de los centros de votación repartidos en el inmenso territorio ruso y fueron difundidos por la Comisión Electoral Central. La participación estaría alrededor de 65%
El principal opositor al Kremlin, Alexei Navalny, calificó de “enorme mentira” los resultados de la votación de los rusos aprobando una revisión constitucional que facilitará a Vladimir Putin mantenerse en el poder hasta 2034.
Navalny rechazó en su blog los resultados de la votación, habló de “falsificación” y exhortó a sus partidarios a movilizarse para las elecciones regionales de septiembre. En Twitter, dijo que “nada será solucionado sin salir a la calle”, pero no llamó a manifestarse por ahora.
Tras una semana de votaciones, los últimos centros cerraron en el enclave de Kaliningrado.
La votación estaba prevista en abril, pero se aplazó debido a la pandemia de coronavirus. Para evitar un exceso de afluencia a los colegios electorales sin por ello afectar a la participación, la consulta se llevó a cabo del 25 de junio al 1 de julio.
Putin votó en Moscú por la mañana, sin cubrebocas, a diferencia de un asesor. No había muchas dudas sobre el resultado del referéndum porque las reformas ya habían sido aprobadas por el Poder Legislativo al comienzo de este año y el nuevo texto de la Constitución ya estaba en venta en las librerías.
El martes, Putin se dirigió a los 110 millones de votantes para pedirles que garanticen la “estabilidad, la seguridad y la prosperidad” del país.
Putin no hizo referencia a la enmienda que le permite permanecer en el Krem lin hasta 2036. Según el derecho vigente, debería dejar la presidencia en 2024, al final del mandato actual. En junio juzgó necesario este cambio para que el país no se pierda en “una búsqueda de posibles sucesores”.
La votación se dio en un momento en el que la popularidad del presidente ruso cae, tras una criticada reforma de las pensiones y la crisis del coronavirus Lo más insólito fue la instalación de mesas de votación al aire libre, en patios, en campos deportivos o de ocio, sin respetar el secreto del voto ni la vigilancia adecuada de las urnas.
Aparte de la cuestión de los mandatos, las enmiendas refuerzan algunas prerrogativas presidenciales, como los nombramientos y el despido de jueces. Y se incluyen otras medidas, como la inclusión en la Constitución de la “fe en Dios” y el matrimonio como institución heterosexual.